Capítulo 82: Expiación: Marte (X)

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Ethan estaba desconcertado y se sentía como si estuviera acostado en otro lugar.

No sabía por qué, pero aún podía sentir su entorno, aunque no podía abrir los ojos. Su cuerpo flotaba en un medio extraño en algún lugar entre un estado líquido y gaseoso, y flotaba y se hundía como si estuviera fluyendo en una dirección desconocida. Era un mar infinito y primitivo, con moléculas brillantes que parecían estrellas flotando alrededor de su codo, anchas e ilimitadas, cubiertas por una capa de niebla azul oscuro procedente de algún lugar desconocido.

Ethan sintió intuitivamente que este era un lugar incomparablemente sagrado y distante que estaba lejos de él no solo en la distancia, sino también en el tiempo. Tal vez era tan antigua como la ciudad en la que había estado, con el sol esmeralda y los extraños edificios puntiagudos. La paz y la tranquilidad impregnaban sus cuatro extremidades, haciéndolo sentir tan cómodo que quería suspirar.

Abrió lentamente los ojos y vio muchas galaxias arremolinándose a través de la niebla azul translúcida. Estaban teñidos de hermosos colores neón al atardecer y se enrollaban el uno alrededor del otro. Cientos de millones de estrellas brillaron en el cielo, e innumerables civilizaciones nacieron y se extinguieron en un solo aliento.

A su alrededor en el mar infinito había muchas criaturas translúcidas que se movían lentamente y que eran lo suficientemente grandes como para tener cientos de pisos de altura. Había una gran variación en sus formas y tamaños. Algunos de ellos eran como una pelota de baloncesto muy rellena, con pequeñas manos golpeándose entre sí que emitían sonidos crepitantes. Otros eran como una bola de neuronas enredadas, con serpientes largas, parecidas a sinápticas, entrelazadas y retorcidas unas alrededor de otras. Entre ellos, grandes criaturas en forma de bolsa cubiertas de puntos negros seguían temblando. Eran como rocas duras, y sus pesados cuerpos agitaban enormes olas en el mar. Muchos tentáculos blandos de color carne se estiraban y envolvían alrededor de esos cuerpos duros, cambiando ocasionalmente sus formas. Algo fluía en sus cuerpos. Ethan no podía descifrar si era sólido o líquido, y extrañas criaturas parecidas a gusanos vagaban en estos cuerpos vivos. Parecían extraños, viejos y voluminosos, y Ethan era tan pequeño como un grano de arena entre ellos.

No sabía qué eran esas cosas, si podían sentir su existencia o si eran buenas o malas para él. Sentía como si sus manos y pies estuvieran llenos de plomo y no pudiera moverse.

A unos 100 metros de él, una criatura parecida a una que parecía tan alta como una montaña pasaba nadando lentamente. Hay muchos tentáculos sinuosos en su cabeza. En la parte superior de cada tentáculo, había algo similar a la forma de una cabeza derretida. A través de su piel translúcida, se podían ver vagamente sus órganos internos moviéndose, cada uno tan grande como un avión. En su piel lisa, había varias áreas grandes de manchas opacas levantadas, que parecían retorcerse lentamente. A veces, exudaban un líquido espeso de color marrón amarillento. Ethan sintió náuseas.

¿Qué eran estas cosas? Frente a tantas creaciones de otro mundo, ¿Por qué esas criaturas le dieron una sensación de pánico?

Era similar a la pequeñez que uno sentiría cuando su destino fuera agarrado por otra persona.

"Sucio..." Una voz, no, para ser exactos, un fuerte pensamiento invadió de repente toda su conciencia. Ethan rápidamente giró la cabeza y descubrió que en algún momento, un cuerpo redondo y plano que estaba cubierto de manos se había movido para pararse detrás de él, a menos de 50 metros de distancia. Ethan no podía ver toda su apariencia, incluso si levantaba la cabeza. Apareció en silencio, como un edificio que había aparecido arrogantemente frente a él.

"¡Sucio...! corrupción... destruir..." Uno por uno, tales pensamientos irrumpieron en la mente de Ethan. El intenso dolor le dio ganas de gritar, pero no pudo emitir ningún sonido cuando abrió la boca.

Cayendo al abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora