Changbin pensó que aquel caso en el cual trabajaría seria como los demás; un caso fácil. Pues como uno de los mejores abogados de Corea, en los años de Carrera que llevaba jamás habían fallado en su contra. Pero no siempre se trata de ganar, pues aq...
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Un suspiró escapó de sus labios, Félix pensó que sería el último pero un pequeño sonido lo hizo derramar una Lágrima; el arma ya no tenía balas.
— Oh dios mío... – Félix entonces palidecio llevando su mano a su pecho. — Dime donde está Minho, maldito delincuente.
— Seguro ya está muerto, no tiene tanta suerte como tú.
La sirena de la policía se escuchó cerca y Félix tomó fuerzas para empujar a Bang y correr hacia donde este había salido buscando a Minho, sus ojos paseaban por la oscuridad, todo se veía apenas por la luz de la hermosa luna en todo su resplandor. Divisó un cuerpo recargado en un árbol y se acercó de inmediato, su pecho subía y bajaba con rapidez siendo acompañado de su respiración errática.
— Minho, estoy aquí, estoy aquí. — quitó su abrigo para cubrir el cuerpo moribundo de su cliente. — Por favor quédate conmigo, te lo suplico, Minho...
El chico entre sus brazos estaba inconsiente, sus ojos se llenaban de lágrimas conforme los segundos pasaban. Llevó dos de sus dedos al cuello de Minho verificando que aún tuviera pulso, se tranquilizo un poco cuando confirmó aquello.
— Policía, arriba las manos.
— ¿Atraparon a Bang? — preguntó sin despegar su vista del muchacho herido.
— Cuándo llegaron no había nadie.
Maldijo por lo bajo dando un golpe al suelo, se levantó soltando un suspiro de frustración. Los paramedicos aparecieron con una camilla llevándose a Minho, Félix avisó a su madre y se dirigió al hospital donde lo llevarían.
Sería una noche larga.
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Llevó dos de sus dedos a su entrecejo, presentía que algo así pasaría pero quería que fuera solo un jodido presentimiento, pero no, Bang había disparado a Minho y su abogado era el testigo.
— ¿La policía te vio? — preguntó tratando de tranquilizarse.
— No, no me vio nadie a excepción del rubiecito sexy. — Seo odiaba ese seudónimo.