Changbin pensó que aquel caso en el cual trabajaría seria como los demás; un caso fácil. Pues como uno de los mejores abogados de Corea, en los años de Carrera que llevaba jamás habían fallado en su contra. Pero no siempre se trata de ganar, pues aq...
Finalmente era su turno, changbin suspiró cuando aquel pecoso terminó de parlotear cada palabra coherente, Seo estaba realmente asombrado ante la notoria inteligencia de aquel veinteañero. Se levantó de su lugar acomodando su saco con elegancia, casi en cámara lenta.
— su señoría, a pesar de las acusaciones que el abogado Lee está asumiendo contra mi cliente con sus debidas pruebas contundentes. — Changbin suspiró de manera silenciosa — Pero debemos declarar también los daños causados a mi cliente, el día del accidente por el cual el señor Minho está actualmente hospitalizado fue en defensa propia, pues el mismo llegó a amenazar con arma blanca a mi cliente. Este cuchillo fue encontrado en la escena. — Changbin tomó una bolsa de papel que posaba sobre su escritorio, tomó unos guantes colocándolos con delicadeza sobre sus manos y así tomar la prueba. — está comprobado por la comisaría en la cual mi cliente fue demandado, tengo los papeles firmados y el señor Kim está aquí presente. — sonrió con satisfacción cuando el hombre mayor le veía atentamente. — llamo al señor Kim Namjoon a declarar.
Changbin regresó el arma de prueba a la bolsa de papel y quitó aquellos guantes de sus dedos tirando ambos al bote de basura situada al lado de su escritorio.
— Señor Kim Namjoon, ¿Jura usted decir la verdad y nada más que la verdad? Si usted rompe este juramento puede ser privado de libertad.
— lo juro. — el moreno de hoyuelos llevó su mano a su pecho haciendo una reverencia ante el juez.
— Señor Kim Namjoon, ¿Qué pasó el día veintiséis del presente mes a las doce del medio día? — preguntó Changbin alzando su ceja levemente.
Su mirada por inercia se dirigió hacia el rubio sentado en el otro escritorio, se veía relajado para nada incómodo, se le notaba confiado en lo que decía o como estaba preparado y eso le molestaba con demasía.
Seo quería hacerlo sentir incómodo, quería ponerle presión hasta hacerlo llorar como el niño que era.
Hacerlo llorar.
— Estaba en el laboratorio de análisis de huellas cuando me llegó una arma blanca de cincuenta centímetros de largo con mango de madera de caoba. — sonrió ladinamente — Yo mismo revisé Cada milímetro del mismo he incluso hice las pruebas varias veces, llegando a la misma conclusión; El propietario de aquellas huellas digitales correspondía al señor Lee Minho.
En aquella sala con pocas personas y una que otro medio de comunicación empezaron a parlotear entre murmullos estorbosos para Seo, pero eso era una buena señal. Nuevamente vio al pecoso que le retuvo la mirada, Changbin logró captar por el lenguaje corporal del Rubio que estaba empezando a ponerse nervioso.
A seo le pareció etéreo.
— no más preguntas su señoría.
— Abogado Lee.
— yo sí tengo preguntas su señoría. — el pecoso se levantó de su lugar colocando el único botón de su saco. — Señor Kim, Cuando una arma no se lleva al instante luego de ser encontrada entonces podría ser perfectamente manipulada por alguien tercero.
— Así es, pues no estaría sien por siento confiable tal prueba.
— El atentando a mi cliente sucedió el día veinticinco a las doce de la noche, pero el arma fue enviada a registros hasta el día siguiente con doce horas de diferencia. — Félix sonrió hacia el juez — Pudo haber sido manipulada y tomando en cuenta que mi cliente trabajó con el señor Bang anteriormente y en el cuál dio sus huellas digitales por tema de reglamento del ejército de la mafia de Seúl como es mayormente conocida; pudo haber sido falsa o modificada en contra de mi cliente.
Kim abrió su boca ante la verdad que salía de la boca de aquel bonito rubio, iba a pronunciar algo pero se mantuvo callado pues no era necesario, todo ya había sido aclarado por el menor.
— ¿estoy en lo cierto, señor Kim?
— Lo está.
— no más preguntas, su señoría. – el rubio volvió a su lugar.
— Dejaremos el juicio aquí, un segundo encuentro se llevará a cabo cuando el arma sea inspeccionada nuevamente por el Ministerio privado de huellas digitales y el señor Lee Minho pueda estar presente.
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— ¡Félix! Oh por dios, estuviste tan bueno, estuviste jodidamente genial. — Jisung le abrazó con fuerza siendo correspondido por el rubio. — ¿Viste la cara de Seo durante todo el juicio? Estaba notoriamente incómodo y estaba molesto. — Jisung contó con emoción — nunca en todo el tiempo que llevo estudiándolo, nunca lo vi así.
— Jisung , cállate, espera al menos que estemos afuera, nos van a escuchar.
— ¿y eso que? Él, yo, todos sabemos que se puso nervioso ante tu presencia. - ambos tomaron sus manos entrelazándolas.
— Mejor vamos por un café pequeña ardilla.
Ambos de los chicos salieron de aquella sala sonriendo y riendo felices mientras que a Seo le hervía la sangre, se había mostrado nervioso ante los medios de comunicación y personas importantes del medio institucional.
— Seo, ese niño te hizo trizas. Vamos amigo, pensé que me defenderías como la última vez, creo que arreglaré todo antes de irme a la cárcel. — Dijo el mafioso — Y tú prepárate para tu próxima derrota.
Aquello le dejó un mal sabor de boca, debía empezar a llevar su plan a cabo.
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