Dos.

34 7 0
                                    

¿Molesto? Claro que estaba molesto aunque aquel no era el término que realmente describía su sentir en aquel momento; frustrado era el cuál significado correspondía a su estado de ánimo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Molesto? Claro que estaba molesto aunque aquel no era el término que realmente describía su sentir en aquel momento; frustrado era el cuál significado correspondía a su estado de ánimo.

Dos meses habían pasado desde que acabó su universidad, era el mejor de su clase y obviamente aquello le llenaba de orgullo, tanto a él como a su familia, eso era suficiente para Lee Félix.

Recordó las veces en las cuales metió su hoja de vida a Seo's bufete pero la respuesta siempre era la misma:

Un rotundo no.

Y es que aquel era su sueño, literalmente soñaba con trabajar con aquellos grandes abogados, con aquellas cinco estrellas que respaldaban al Señor Seo y su bufete completo.

Era el sueño de todo abogado. 

Su laptop vibró anunciando una notificación de su correo electrónico, casi de inmediato su vista se pasó a la notificación. La ansiedad reflejada en el temblor de su mano mientras sus ojos oscuros se paseaban por las letras leyendo aquel correo, una sonrisa se formó en sus labios con cada palabra nueva.

Había conseguido trabajo en Lee's bufete .

— ¡lo lograste Lee Félix! - se festejó a sí mismo mientras se levantaba de aquella silla, dio saltos de felicidad. — lo lograste, Félix...

Se dejó caer en la cama, su sonrisa no se borraba así alguien de su familia muriese, su corazón se sentía cálido; había encontrado trabajo.

Un Félix sonriente ya hacia afuera de aquel edificio de cinco o más pisos, inhalo profundo y luego exhalo dando un primer paso a dentro de aquella, la puerta automática le dio permiso y con timidez pero con porte firme se dirigió hasta la recepcio...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un Félix sonriente ya hacia afuera de aquel edificio de cinco o más pisos, inhalo profundo y luego exhalo dando un primer paso a dentro de aquella, la puerta automática le dio permiso y con timidez pero con porte firme se dirigió hasta la recepcionista, la cuál era una belleza.

Pero Félix solo iba por una cosa, quería ser parte de aquella pequeña lista de los abogados más reconocidos de Korea, sería el primer Australiano en aquella misma y eso le emocionaba. Era bueno en lo que hacía,  su pasión y ambición lo habían llevado hasta lo que era ahora.

Todo lo que Félix quería, lo conseguía; por sí mismo.

— Lee Félix ¿verdad?, — un chico sonriente le saludó cuando ambos subieron al ascensor. — El señor Lee Jong suk nos habló de usted en la junta de ayer, nos dijo que era nuevo en el campo.

Félix se sintió cómodo escuchando al animado chico, el pelinegro un poco más bajo qué él,  aquellos ojos brillosos color ovellana y esas mejillas abultadas le hicieron sonreír.

— Sí, soy yo. — respondió tajante, no era de hablar mucho a menos que se sintiese en confianza. 

— Yo soy Jisung, Han jisung, soy el secretario del señor Lee, tu oficina está cerca de mi escritorio,  así que si necesitas algo sabes donde encontrarme.  — nuevamente ambos sonrieron por la comodidad, las puertas se abrieron dejando pasar a ambos.

Félix pasó hasta la oficina del Señor Lee, el sudor rondaba por su rostro hasta sus mejillas y finalmente terminaba por perderse en su piel blaquecina, estaba nervioso, emocionado y dispuesto. 

— Señor Lee, compermiso.

Anunció su llegada ganándose la atención de aquel hombre con un traje impecable, esos ojos rasgados y oscuros como el vacío del inframundo; totalmente pecaminoso. En su dedo hacia un anillo dorado anunciando su reciente matrimonio.

— Félix, mi chico de impecable hoja de vida, bienvenido a mi bufete.

Estaba claro que su jefe no era para nada malumorado como se rumoreaba, era alguien risueño y sonriente, su entorno laboral empezaba a enamorarlo más de su profesión.

— Que halago, muchas gracias por la bienvenida. — sonrió acercándose a estrechar sus manos. — es un gusto trabajar con ustedes.

Estaba decidido, si Seo's bufete no lo había aceptado, entonces ahora sería su rival; y lo haría bien. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Juicio final  | Changlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora