Capítulo 4

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Luke volvió después de dos días. Días en los que oculté el cadáver de Hansel en el garaje. Temía que mi madre lo descubriera y ya que usa el auto muy poco pensé que sería el mejor lugar para esconderlo.

Darle la noticia a Luke fue más espantoso de lo que pensé. El cuerpo me temblaba, las manos me sudaban, quería llorar. Era la única tarea que me encargó y no pude hacerla bien. ¡Soy un desastre! Él me miraba emocionado, con esa chispa traviesa habitual en su mirada, pero al contarle lo que pasó sus ojos parecieron tornarse negros, absorbidos por la oscuridad, su sonrisa desapareció convirtiéndose en una línea recta.

Tomó la caja, revisó el contenido mientras yo trataba de descifrar su expresión. Alzó a Hansel —o lo que quedaba de él— depositó un beso en la cabeza del animal y volvió a cubrir la caja.

—Hansel merece un buen funeral— fue lo único que dijo sin emoción en la voz.

Tomé una pala pequeña de jardinería del garaje y caminamos hasta el parque más cercano. Fue el cortejo fúnebre más silencioso del que fui parte. Sin lágrimas, sin gimoteos, sólo silencio. Luke se encargó de cavar una fosa lo suficientemente profunda para que el cuerpecito de Hansel quedara bien cubierto. Se quitó la bufanda que traía al cuello y envolvió cuidadosamente el cadáver en ella para luego depositarlo dentro del hoyo con sumo cuidado. Se alejó unos cuantos pasos atrás mientras miraba la escena, yo me encargué de cubrir la fosa.

Luke colocó una cruz hecha con ramitas de árboles en la parte superior y con ayuda de unas pequeñas piedras escribió "RIP". Yo dejé caer unos claveles que recogí en el camino. Ambos permanecimos callados y cabizbajos frente a la tumba de Hansel por varios minutos.

—¿Motivo de la muerte?— preguntó él.

—Asfixia causada por la ineptitud de su cuidador— respondí y eché a llorar sin parar.

Luke no dudó un segundo y a pesar de lo molesto y dolido que podía estar me envolvió en sus brazos intentando consolarme.

—Ya Maddy, no fue tu intención. Supongo que nunca antes has tenido mascotas— Asentí con la cabeza—. ¿Lo ves? No hay de qué preocuparse, estas cosas pasan. Hansel ya había cumplido su misión en esta vida y yo sólo quería alargarle el tiempo.

—¿Cuál era su misión?

—Acompañarme en mi soledad. Pero entonces llegaste tú y bueno supongo que no puedo tener a ambos ¿No? Creo que fui un poco egoísta.

—Para nada. En verdad Luke, no quise matar a tu conejo.

—Cobayo.

—¡Lo que sea, no fue mi intención! ¡Depositaste tu confianza en mí y mira lo que hice!

—Todo está bien Maddy, no te preocupes.

Dejamos la tumba de Hansel atrás y regresamos a la calle que conducía a mi casa. Luke se despidió de mí— esta vez sin el beso en la mejilla— dijo que tenía cosas que hacer pero yo lo comprendí de inmediato. No es que estuviera ocupado, es que estaba molesto con la chica que mató a su mascota y lo más probable era que no quisiera verme nunca más en la vida.

Me tumbé en el sofá a llorar. Estaba más que segura que jamás volvería a verlo y la sola idea me torturaba. ¡No quise hacerlo! ¡No quiero perderte! ¡Por favor Luke, perdóname!

*******

La tarde siguiente me quedé esperando impacientemente en la sala. Quería escuchar los típicos golpecitos de piedras en la ventana o una llamada al timbre. Nada. Se hacía tarde y no había ninguna señal de Luke. En lo alto de la casa las gotas de lluvia golpeaban furiosas haciendo eco a mi pesar. El clima era propicio para mi estado de ánimo. Sentía el alma destrozada y decidí que sería buena idea mojarme un poco para auto castigarme por mis malas acciones.

Luke     -by   Mayte GutiérrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora