Capítulo 7

14 2 0
                                    

(Día antes del partido)

*Jaden*

Un tono.

Dos tonos.

Tres to..

-Diga- salté alarmado al escuchar su voz. - ¿Hola?- volvió a hablar.

¿Y ahora que podía decir yo?

- Henry, no cuelgues- me apresuré a decir.

¿Es lo primero que se te ocurre decir?

Si.

-Vaya, que sorpresa Jaden. ¿ Qué es lo que quieres ahora?

-Una cosa muy importante.

Al otro lado del teléfono, Henry soltó una carcajada obligándome a apartar el teléfono para no quedarme sordo.

-¿La cosa importante incluye a mi hija?- preguntó.

Di que no. Te va colgar.

Lo siento conciencia, pero no te voy a hacer caso.

-Puede ser- tenté mi suerte.

-Bien, pues esos son problemas tuyos y de ella por lo tanto no me voy a entrometer. Que te vaya bien Jaden. - y me colgó.

Te lo dije.

Cállate.

Bueno, si lo llamo de nuevo no pasará nada. Era mejor eso que llamar a su hija. 

Toda la razón, no queremos verte morir.

Que positiva mi conciencia.

Marqué su teléfono por segunda vez pero no me lo cogió, por tercera, por cuarta.. así hasta la séptima. Y no lo cogió ni una sola vez.

Yo cayendo en mi errores varias veces:

Tenía que pensar algo lo más rápido posible. El partido era en menos de una semana y no iba a dejar pasar una oportunidad como esta.

Otra vez no.

Frustrado, salí de los vestuarios tomando mi limusina para llegar a casa. En la salida había millones de fans pero no me dió tiempo suficiente a hablar con todos.

Siempre intentaba empezar por los niños. Sé que soy un ejemplo a seguir y no me gustaría dejar a ninguno sin una foto, una firma o simplemente un saludo mío.

Hacer feliz a un niño no costaba tanto, era demasiado sencillo para mis ojos pero muy difíciles para otros, todo era cuestión de perspectiva.

Me hubiera gustado que mi niño interior se sintiera feliz por un momento al igual que ellos. Y no digo que mis padres no hayan sido un ejemplo, porque si lo han sido alguna vez, el problema era que no me comprendían.

Me sentía como un bicho raro, como si el problema fuera yo. No lograban ponerse en mi piel, no conseguían ver lo mismo que yo, y mucho menos lograban escucharme.Todo era cuestión de cambiar.

Todos nos hemos sentido diferentes en nuestra familia, o con cualquier otra situación. Y cualquiera te diría que el problema eras tú, pero créeme, tu nunca serás un problema en el lugar adecuado.

Por eso mismo quería volver a mi lugar adecuado. Porque allí no era tratado como un bicho raro, ahí era yo,  con cicatrices, inseguridades,  imperfecciones, defectos... pero con la certeza de que nunca sería juzgado por ser yo.

Y esa era la magia de solo ser tú.

Tras envolverme en mis pensamientos consigo llegar a casa donde hay un cúmulo de gente fuera, esperando mi llegada.

Solo sé túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora