Capítulo 24

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* Jaden*

Nuestra aventura de hoy comienza en Nápoles. Tras 4 horas en tren desde temprano por fin hemos llegado.

Esta idea no fue mía, sino de Amaia. Creo que se ha dado cuenta de que algo anda mal por lo que a huido del problema.

Anoche cuando la acompañé a casa, Henry había vuelto del hospital y estaba empaquetando cajas en el sótano. Digamos que tiene planeado vender la casa y es por eso que se está deshaciendo de la gran mayoría de sus pertenencias.

Aunque su hija no se lo está tomando muy bien. Desempacó todas las cosas esa misma noche.

Henry aún no le ha dicho nada, y aunque no se lo diga estoy desesperado porque ella lo sepa. Sé que quiere que sea feliz, pero lo que está haciendo es hacerle aún más daño. No quiero imaginarme el problema que habrá si se entera de la peor manera.

-Deberiamos de comer aquí- señala el restaurante a nuestra derecha.

Se llama Sunset. El restaure es pequeño y tiene una vibra californiana. Hay plantas rodeando todas las mesas, hojas de palmeras cuelgan por el techo. Las lámparas que parecen ser echas del mismo material que un gorro de pájaros cuelgan en el techo juntos s unos bombillos de luz cálida.

Hay carteles señalando cada parte del restaurante. Se siente como estar en una película americana de verano.

Nos sientan al lado del logotipo del restaurante que está decorado con luces Neón. A mi lado, Amaia habla animadamente con una española.

Su madre es española y por eso sabe hablarlo. Su acento es perfecto comparado con el de la chica.

No entiendo nada de lo que dicen.

Ellas rien sin parar e incluso intercambian sus teléfonos.

-¡Qué simpatica!- se gira a hablar conmigo.

-No puedo decir lo mismo porque no entendí nada.

Un camarero se acerca a tomarnos el pedido. Yo he elegido un roll beberly hills que ni idea de lo que es y Amaia unos tacos de pollo. No sabía que le gustaba tanto la comida mexicana.

A este paso creare una lista de todas las cosas que le gustan. Estoy seguro que seré la persona que más sabe como ella.

Como para no, me paso el día entero con ella. Quien lo diría, tuve que esperar 6 años para vivir esto.

-Algún día tendré que enseñarte español- habla sacándome de mis pensamientos.

-Si me lo enseñas tu, no me quejo.

En realidad ella no lo sabía pero sé un poco de Español. Solamente lo básico, pero algo es algo.

Llega la comida y pasamos unos minutos en silencio. Amaia, cruza los brazos bajo su pecho tras comer y se tumba hacia atrás.

-Voy a explotar si como algo más- dice llevándose las manos al estómago.

Hoy está más guapa que siempre. Lleva un pañuelo marrón que lo ha convertido en un blusa de mangas cortas abullonadas junto a unos pantalones blancos campana.

Sin duda el marrón es su color. Lleva el colgante de mariposa que le devolví hace tiempo.

Me da una punzada al corazón cada vez que veo que lo lleva puesto. Si ella supiera que eso fue lo único que tenía de ella durante años.

-¿Por qué me miras tanto?- pregunta sacándome de mi ensoñación.

-El marrón te queda muy bien.

-Gracias- se sonroja mirándose de arriba a abajo. Juega con el collar.

Solo sé túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora