Capítulo 1

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Nota de autor:
Holaa:) si veis que hay nombres que aparecen en asteriscos, es porque esa parte está narrada desde el punto de vista del otro protagonista.

Chaooo.

*Amaia*

Todos alguna vez nos hemos encontrado con alguien al que no queremos ver, al que no queremos mirar ni de lejos y menos hablar con esa persona. ¿Curioso no? Que de un momento a otro te encuentres a esa persona que consigue cambiar tu vida en semanas. Muchos dirían que es el destino, pero en este caso el destino tiene un nombre y se llama Jaden.

Cruzo el umbral de la puerta y me adentro hacia el estadio. Papá es un fanático del fútbol y para su 50 cumpleaños le han regalado dos entradas. Y como nadie quería ir, pues aquí estoy yo, y con la gran suerte que tengo seguro que me lo encuentro.

Que dios escuche tus palabras.

No es que no me guste el fútbol, el problema es que no me entero. He perdido la cuenta de todas las veces que han intentado explicarme y a resultado una enorme pérdida de tiempo porque al minuto se me olvida todo lo que me dijeron.

-¡Tenemos que llegar rápido a nuestros asientos! Hay demasiada gente, no te separes de mí o te perderé de vista- me gritó papá rodeado de personas por todos lados. ¿Tanta gente venía a ver como le daban patadas a un balón?

-Voy- dije intentando esquivar a la gente que tenía por lo lados. Sin darme cuenta, cada vez me iba alejando más de la entrada, haciendo que mi padre se preocupara por no verme.

-¡AMAIA!-gritó papá-Tengo que ir a buscar unas cosas,espérame en la fila 17 asiento 12- dice mientras la gente de su alrededor se asustaban o lo miraban mal por sus gritos.

Después de casi 5 minutos en una lucha intensa por entrar, lo conseguí. Pero como cada victoria tiene su mal, me había equivocado de fila.

Me cago en..

Esa boca.

Perdón.

-Disculpa- le dije a un señor de barba blanca que llevaba colgado al cuello un pito con un llavero en forma de balón que parecía majo- OYE- grité y se giró mirándome con la cabeza ladeada.

-¿Puedo ayudarte en algo?- avanzó hacía mí para que pudiera escucharlo mejor.

-Sí, ¿Sabe dónde está la fila 17?.

Observó el campo entero como si estuviera pensando una respuesta coherente para darme.

Estaba empezando a perder los nervios cuando habló.

- Es por aquí.- me guió un par de filas más arriba.

Agarré con fuerza mí bolso intentando esquivar a cualquier personas que se acercara más de la cuenta a mí. ¿No saben que es espacio personal?

-Bueno...- habló el hombre al lado mío- ¿Y cómo te llamas?

-Amaia- no sé por qué le dije mí nombre al extraño pero eso no importaba ahora. Total, había sido muy amable ayudándome.

El hombre de barba blanca abrió mucho los ojos y me miró muy fijamente. A este le pasaba algo.

- ¿Va todo bien?- pregunté chasqueando los dedos delante de su cara.

- Si.. ehh.. aquí está la fila 17.- señaló la fila que daba la vista perfecta del campo. Poco más abajo, se veía el pequeño pasillo por donde pasaban los jugadores para entrar al campo.

-Muchísimas gracias.- hablé dando una de mis mejores sonrisas.

-No hay de qué, espero que te guste el partido.

Solo sé túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora