Las cartas

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"One Family" (From "Tarzan"/Score) · Mark Mancina  y Phil Collins. Todos los derechos reservados a los compositores originales. Este soundtrack es perfecto como telón de fondo mientras Severus Snape descubre algo en los aposentos de Aida que lo hará cambiar para siempre.

Esa misma noche en que Aida y Christopher se prometían ser una familia...esa misma noche la luna y las estrellas que los habían inspirado a olvidar el pasado y seguir adelante, iluminaban cada rincón de un castillo, un castillo que parecía cada vez sumido en una tristeza y una oscuridad invencibles, aunque por fuera pareciera iluminado por las miles de antorchas, estas apenas ofrecían luz y calor a los habitantes del castillo con un reflejo casi moribundo y una luz fría, casi opaca lo cual aumentaba las sombras y el ambiente casi tétrico del castillo dándole un ambiente gótico y triste.

Aunque las clases en Hogwarts se habían retomado y todo parecía ir normal, a excepción de las medidas severas de seguridad y orden, tanto los alumnos como los profesores tenían la tristeza y la desesperanza en sus miradas y corazones, aunque de vez en cuando el profesor de DCLAO, Harry Potter trataba de que la luz y la esperanza no murieran en los corazones de los alumnos y de sus colegas motivándolos a seguir adelante y ser fuertes, sin embargo Harry Potter sabía que a pesar de todos sus esfuerzos había un mago al que no podía motivar y ese era Severus Snape. Desde lo ocurrido aquel 9 de enero, parecía que el profesor de Pociones había perdido toda esperanza y su fuerza de lucha.

Una tarde, Harry Potter, Eileen Prince y Mc Gonagall bajaron a comer al Gran Comedor seguidos de los alumnos bajo amenazas de los mortífagos que los veían con asco y desdén, se respiraba un ambiente sórdido y tenso.

Una tarde, Harry Potter, Eileen Prince y Mc Gonagall bajaron a comer al Gran Comedor seguidos de los alumnos bajo amenazas de los mortífagos que los veían con asco y desdén, se respiraba un ambiente sórdido y tenso

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-¡Vamos miserables! ¡A comer! ¡Y no queremos quejas de ninguna índole salir de sus bocas!- decían los mortífagos mientras los instaban a avanzar y sentarse en el Gran Comedor como si fueran ganado.

Harry se sentó junto con sus colegas en la mesa de las profesores aguantando el impulso de hacerles maldiciones imperdonables a sus verdugos y lo habría hecho de no ser por que le habían confiscado su varita junto con las demás de sus colegas y encerrados bajo llave y candados con magia poderosa, y como él sabía que nunca había sido muy bueno con la magia no verbal o sin varita, no podía defenderse a sí mismo, a sus amigos Ron y Hermione quienes habían sido amenazados por Vanessa Spine y sus mortífagos con asesinar a su familia si no se rendían ante ellos, ni a sus colegas profesores quienes al igual que él eran los más perjudicados con tantas "medidas correctivas" que les habían dado y que se podían constatar en sus cuerpos al tener muchas cicatrices, testigos mudos del maltrato físico y psicológico a los que estaban sometidos. Fue entonces que una de las puertas laterales se abrió y Severus Snape se abrió paso entre sus colegas y se sentó en la silla que le correspondía y asintió con la cabeza. Entonces los platos se llenaron de una sustancia magra y espesa parecida al engrudo.

-¡No puede ser! ¿Avena simple otra vez?- murmuro un alumno de primero.

-Chist, ¡Callate y come! o si no ya sabes lo que nos harán nuestros carceleros- le dijo su compañero.

La princesa de Hogwarts Sol y Luna: Sol y desiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora