7. Poco a yopo

677 25 1
                                    

Sus ojos me piden más.

Pero, ¿realmente quiero que todo ocurra tan rápido, aquí, mientras estamos solas?

¿Realmente quiero tener mi primera experiencia sexual con una chica, sin saber qué y cómo actuar durante todo ello?

Violeta se abalanza de nuevo sobre mis labios, después de mojar los suyos con la lengua, y a juzgar por la voracidad con la que me besa, realmente creo que su deseo es tan bueno como el mío.

Le muerdo el labio inferior y dejo de besarla por un momento.

-Vamos arriba...- le digo, y sin dejar siquiera la botella de vino o las copas subimos corriendo a mi habitación.

La chica ni siquiera me da tiempo a cerrar la puerta, inmediatamente me estampa contra la pared y envuelve mis piernas alrededor de sus caderas, mientras me palmea el culo con sus manos.

Sus labios recorren lentamente la piel de mi cuello, volviéndome loca.

Desde que la conozco, he soñado con sus labios saboreando mi piel.

Y ahora que lo hace, es como si una descarga eléctrica està invadiendo todo mi cuerpo.

Cada uno de sus besos dados en mi piel, la hacen arder.

Suspiro cuando me hace un chupetón entre el pliegue del cuello y el hombro.

-Eres tan buena, Oliver...- me susurra antes de quitarme la camiseta, dejándome en sujetador delante de ella.

Me muerdo el labio inferior y le señalo con la mirada, esbozando una leve sonrisa.

-Tu también, Vio...- digo, llamándola por su nombre corto por primera vez, lo que le pone la piel de gallina.

-Dilo otra vez...- dice mirándome.

-Vio...- se lo repito al oído, susurrándoselo lentamente.

Su piel se enciende y sus dientes se muerden el labio inferior mientras sus manos recorren lentamente mi espalda desnuda.

-Es tan sexy tener mi nombre en tus labios...- comenta, antes de dejar un nuevo beso en mis labios.

Le quito la camiseta blanca de tirantes que lleva, y su sujetador negro de encaje, resalta cada una de sus formas, aprisionadas en él.

Es tan impresionantemente hermosa.

Nunca me ha gustado tener sexo contra la pared, así que cojo a la chica de la mano y la conduzco a la cama, haciendo que se tumbe y se incline sobre ella.

Empiezo a besar cada centímetro de su piel expuesta, saboreando el dulce sabor de la vainilla.

Su vientre sube y baja a un ritmo frenético mientras mis labios se pasean, dejándola con besos lentos y húmedos.

En cuanto llegan a la unión de sus calzoncillos negros, me detengo y me vuelvo para mirarla.

-¿Por qué has parado?- pregunta con la voz quebrada y sin aliento.

-Porque no sé qué hacer...-  admito un poco avergonzada.

-Lo que hacías estaba bien...- comenta acariciando mi cabeza -así que sigue...y hazme lo que te harías a ti misma... - sugiere la chica pelirroja, guiñándome un ojo.

Una muy buena sugerencia, diría yo.

Sonrío débilmente y no me permito decirlo dos veces.

Le quito los calzoncillos negros y admiro sus bragas negras de encaje, que dejan entrever el tatuaje de una pieza de cristal en la entrepierna.

MALA COSTUMBREDove le storie prendono vita. Scoprilo ora