14- Idem

463 19 6
                                    

La casa de Alvaro es tan grande que cuando llegamos allí, me siento como si hubiera acabado en Orange County.

Santiago, el novio de Alvaro, es tan guapo y tan feliz que siempre que están juntos en una habitación brilla incluso en la oscuridad.

Hay cuatro habitaciones en la villa.

El dormitorio principal está ocupado por Alvaro y su novio.

El de la cama con dosel se lo dieron a Ruslana y el de la cama individual nos lo dejaron a mí y a Violeta

-¡Por fin podemos pasar dos días sin que mi madre nos vigila como un oficial de policía!- exclama eufórica la pelirroja mientras nos subimos a la cama, probándola, saltando sobre ella.

-Sí. Y por fin podemos abrazarnos todo lo que queramos sin la preocupación de que nos vean...- admito, impidiendo que Vio salte, y abrazándola a mí, para luego darle un cándido beso en sus hermosos labios pintados de rojo.

Después de dejar nuestras maletas arriba, nos reunimos con los demás en la cocina.

Alvaro y Santiago están cocinando algo de pasta, mientras Ruslana, en el jardín, se sumerge en un segundo plato: hamburguesas a la parrilla.

Mi novia y yo vamos a ayudarla, y mientras tanto charlamos sobre el concierto de ayer.

Violeta le agradece a la otra que haya interpretado tan bien el papel de novia que su madre no lo duda ni un momento.

-De nada, estoy aquí cuando quieras- dice guiñando un ojo a la otra, que se ríe.

Vamos a preparar la mesa ella y yo solos mientras los demás hacen malabares con sus tareas.

Después de comer, volvemos a entrar porque empieza a llover con fuerza, y con la ropa aún mojada, encendemos el fuego de la chimenea.

Santiago sugiere un juego de beber para calentarnos.

Todos aceptamos.

-Obviamente bebes cuando la respuesta es correcta- explica mirando a Ruslana que dijo que no sabía jugar.

-Nunca he tenido una relación con uno de mis profesores...- comienza a decir Alvaro.

Ninguno de nosotros bebe, obviamente, porque nadie se ha acostado ni ha tenido ninguna relación con un profesor o una profesora.

Ahora es el turno de Santiago.

-Nunca he tenido una aventura con una persona casada...-

Obviamente, ninguno de nosotros bebe.

Las preguntas aquí son tan obvias que ni siquiera tienen gracia.

Ahora le toca a Violeta hacer una pregunta.

-Nunca he visto a mis padres desnudos...-

Dios, qué imagen tan terrible habría sido.

Ninguno de nosotros bebe.

Ah no, Ruslana bebe.

Todos nos volvemos hacia ella, y ella, avergonzada, lo explica todo.

-Tenía 13 años y los pillé teniendo sexo justo después de llegar a casa del colegio. Fue lo más vergonzoso de mi vida...- dice después de mandar a tomar el vodka de su vaso.

-¡Qué horror!- dice Vio mientras yo asiento con la cabeza.

-¡Tragic!- dice a coro la pareja de chicos.

-Chiara, tu turno...- los chicos luego me dicen.

-Nunca he hecho un trío..-

Ni Ruslana ni yo bebemos, mientras que los chicos y Violeta bajan sus vasos de vodka.

MALA COSTUMBREDove le storie prendono vita. Scoprilo ora