𝟎𝟐. 𝐄𝐥 𝐫𝐞𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨 𝐚 𝐌𝐞́𝐱𝐢𝐜𝐨.

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{ 𝐬𝐞𝐢𝐬 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 }

𝐀𝐞𝐫𝐨𝐩𝐮𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐌𝐞́𝐱𝐢𝐜𝐨.

Su vuelo de casi quince horas desde París a la Ciudad de México fue muy abrumador por los recuerdos de la última vez que piso el aeropuerto.

| 𝐟 𝐥 𝐚 𝐬 𝐡 𝐛 𝐚 𝐜 𝐤 |

───── Es fácil para ti despedir a una hija más. ¿Qué más da, no? ───── Ederne había tomado su maleta mostrando una faceta dura ante su madre ───── No te voy a extrañar, y tú no tienes porqué fingir que me extrañas. Nunca te voy a perdonar que no me hayas permitido despedirme de mis sobrinos, ni de Esteban. Te queda grande llamarte "mamá", así que nos vemos en unos años, Elvira.

| 𝐟 𝐢 𝐧 𝐝 𝐞 𝐥 𝐟 𝐥 𝐚 𝐬 𝐡 𝐛 𝐚 𝐜 𝐤 |

Mamá.

Estoy en el aeropuerto, ¿puedes
venir por mí o mandar a alguien?.

Esperó su respuesta por minutos y jamás llegó. Claro, olvidó que su madre siempre ha olvidado todo lo que tenga que ver con ella. No quiso decirle a ninguno de sus sobrinos de su regreso, quiere que sea sorpresa.

Esteban.

Hola, Esteban. Dudo que mi mamá
te haya comentado que mi regreso a México era hoy, pero, ¿puedes venir por mí?. No confío mucho en tomar Uber después de todas esas noticias horribles que he visto en aumento en las redes mientras estuve en París.

Tampoco hubo respuesta. Comenzó a preocuparse, así que decidió llamarles con el fin de que escucharan la llamada, pero nada. Por último, le marcó a Kenzo, el mejor amigo de Esteban.

───── Hola, Kenzo.

───── ¿Ederne? Qué gusto ───── le comentó desde el otro lado del celular, emocionado ───── ¿Cómo te está yendo en París?.

───── Discúlpame por llamarte a éstas horas, Ken. Pero mi madre olvidó que hoy llegaba a México, no le llegan mis mensajes y Esteban no me responde. ¿Tú puedes venir por mí?.

───── Voy de inmediato, Ederne. Espérame dentro porque han habido muchos robos y secuestros.

───── Sí. Gracias, Kenzo.

En la espera de Kenzo entró a la única red que usa; instagram, y todo su feed estaba lleno de una historia desgarradora de una mujer despojada de todo, una mujer que despliega ante sus ojos, una sinfonía de dolor entrelazada con el eco sordo de la crueldad humana; habían asesinado a su esposo y habían secuestrado a su hija, dejándola a ella herida en ese atentado. Leyó los comentarios, y así como había buenos había malos. Todavía existía gente que se burlaba del dolor ajeno.

𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐧𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐞𝐭𝐚 (𝗇𝗂𝖼𝗈𝗅𝗂𝗍i 𝗑 𝗆𝗈𝗇𝖼𝖺𝖽a)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora