𝟏𝟗. 𝐄𝐥 𝐚𝐬𝐞𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐁𝐞𝐫𝐞𝐧𝐢𝐜𝐞.

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Nicoliti tomó su celular, con cuidado de no perturbar el sueño de Moncada que aún descansaba en su pecho. Cuando Mauro intentó responder los mensajes que Ginebra le había dejado durante la noche, sintió el movimiento de Ederne a su lado, indicándole que ella estaba despertando.

───── Buenos días, Mauro. ¿Qué hora es? ───── mencionó Ederne con voz suave y soñolienta.

───── Buen día ───── besó su frente ───── Recién son las ocho de la mañana. Aún podemos ir a desayunar.

───── ¿Quieres desayunar en casa? Puedo preparar algo. Necesito darme una ducha, luego ir a la empresa pero ¿puedes llevarme?.

───── Sí a todo. Aunque, me gustaría ayudarte con el desayuno. La cocina se me da muy bien ───── hizo sonreír a Moncada, de esa forma asintió ───── No nos preocupemos por tu madre porque Ginebra me ha mandado un mensaje que está con ella en la empresa.

───── ¿Y qué hace en la empresa tan temprano con ella? ───── frunció el ceño.

───── Se integra cómo accionista.

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𝐌𝐚𝐧𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐌𝐨𝐧𝐭𝐮𝐥𝐥.

Roberto revisó sus correos electrónicos, encontrando uno reciente con el remitente Berenice Mansur Moncada. Con nervios, abrió el correo y accedió al enlace adjunto que lo redirigió a un sitio externo. La pantalla se volvió blanca por unos momentos, hasta que finalmente cargó una carta.

"Deshacerme de tu hija Berenice fue tan fácil. Así que puedo deshacerme de tus otros dos hijos si no haces lo que se te pide, Fernando Mansur Del Valle. En éstos días te estaré enviando información. Mucho cuidado con abrir la boca porque Ederne o Andrew correrían peligro por tu culpa."

Ahora sabía que su hija no se suicidó, alguien la mató. Quería salir corriendo a la policía bajo las amenazas recibidas, sobre todo porque Ederne está en peligro y no sabe dónde encontrarla para protegerla.

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𝐌𝐚𝐧𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐌𝐨𝐧𝐜𝐚𝐝𝐚.

───── Hola, tía Ede ───── Eder la recibió con un abrazo. Detrás de ella, vio a Mauro ───── ¿Vienes por tus cosas para irte de la casa? Yo no quiero que estés lejos de mis hermanos y de mí. No quiero dejar de verte por años cómo hace mucho.

───── Mi niño ───── le tomó de la mejilla con suavidad para calmarlo ─────, no me iré de la casa. Solamente vine para darme una ducha, desayunar e irme a trabajar. Yo tampoco quiero volverme a separar de ustedes. Te prometo que no lo haré.

𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐧𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐞𝐭𝐚 (𝗇𝗂𝖼𝗈𝗅𝗂𝗍i 𝗑 𝗆𝗈𝗇𝖼𝖺𝖽a)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora