𝟎𝟏. 𝐀́𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚́𝐧.

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{ 𝐒𝐞𝐢𝐬 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐚𝐭𝐫𝐚́𝐬 . . . }

Estaban en unas vacaciones familiares en la playa. Y también, habían celebrado el cumpleaños número 16 de Ederne. Berenice le había regalado a su hermana pequeña un kit de pinturas profesionales, si Elvira lo hubiese visto estaría furiosa.
¿Qué es lo que le molesta a ella de su hija menor?. Desde el cumpleaños número 4 de Ederne comenzó a existir una gran diferencia en cómo trataba a sus dos hijas. Mientras que a Berenice la trataba con amor, la menor era irrelevante. Ocurrió después de descubrir los dotes artísticos de Ederne. Sin duda, en la sombra de ese enigma reposa un secreto que ha habitado los silencios de Elvira Moncada durante largos años.

───── No pienses en lo qué te dice mamá sobre el arte que haces ───── comentó Berenice con una sonrisa ───── Ábrelo. Las noches siempre han sido tu inspiración. Tal vez hoy puedas pintar algo y mostrarmelo en el desayuno.

───── Te amo mucho. Eres la mejor hermana del mundo.

───── Tú has sido la mejor. Te amo muchísimo.

En el refugio cálido de los brazos de Berenice, encontró consuelo, liberando el peso del dolor en un flujo de lágrimas. En ella encuentra un faro de comprensión inquebrantable, un santuario donde sus elecciones son acogidas sin el juicio, solo con el eco del respeto y el amor más profundo.

───── También es la mejor mamá ───── aludió Bosco.

───── Y no solo eso ───── comentó Esteban, acercándose a Berenice ───── También la mejor esposa. Te amo, mi vida.

───── Si me permiten ───── tomó sus cosas ─────, no me alejaré mucho de aquí. Solo buscaré mi punto de inspiración para mostrar mañana en el desayuno, mi pintura.

───── Recuerda; soy tu ángel guardián. Siempre voy a cuidar de ti.

« 𝐀́𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚́𝐧 » sabía lo que haría una vez llegara al lugar de inspiración, cerca de la orilla del Mar.

───── Si necesitas algo, marcanos, Ederne.

───── Sí, Esteban.

Cuatro horas de desvelo pasaron para tener lista su pintura. Se sintió orgullosa de ella misma, pues hacia tanto que no pintaba.

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Al día siguiente, un rayo de Sol había iluminado el rostro de Ederne, haciéndola levantar de la cama. Ansiaba que su familia viera todo el esfuerzo que le dedicó a su obra.

───── ¿Dónde está Berenice? ───── cuestionó con una sonrisa de oreja a oreja, toda la noche se la pasó pintando a su hermana, le emocionaba mostrar su obra a la que título "mi ángel guardián" porque eso era, su ángel guardián. Pero también se encontraba su mamá, quién miró el cuadro que traía en sus manos.

Había interrumpido una discusión entre Esteban y Elvira, este último le agradeció para ir por Berenice.

───── ¿Y ese cuadro? ───── aún no veía de qué se trataba.

───── Berenice me regaló un kit de pinturas ayer, por ser mi cumpleaños ───── recalcó, su madre hoy había llegado de su viaje de Dubái ───── Ella sabe que las noches suelen inspirarme, y me pidió una pintura para el desayuno. Decidí pintarla.

Mostró la pintura a su madre, a sus sobrinos.

───── ¡Eres una artista, tía! ───── exclamó Bosco.

───── Está muy padre ───── agregó Gala.

───── Gracias, sobrinitos. ¿Tú no vas a decir nada, mamá? ───── Elvira no podía negar que su hija si tiene un gran talento, pero tampoco se lo haría saber ───── No sé por qué lo esperaba, si nunca dices algo.

───── ¿Y cómo se llama, tía? ───── Bosco estaba maravillado ante la magia plasmada en el lienzo ───── De grande quisiera ser cómo tú.

───── Serás mejor que yo ───── sus sobrinos le borraban el sabor amargo que su madre siempre le dejaba ───── Se llama "ángel guardián", tu mamá me inspiró anoche.

Respondió ella, antes de que un grito desgarrador interrumpiera el éxtasis.

───── ¡Ayuda!.

───── Es papá.

Todos corrieron hacia Esteban, quien sostenía a Berenice en sus brazos, clamando por ayuda. Aunque los paramédicos del hotel acudieron presurosos, ya era demasiado tarde. El velo de la muerte había reclamado a Berenice.

───── ¡No, ella no puede morir! ───── entregó en brazos a su sobrino pequeño con el ayudante de su madre y se acercó a abrazar el cuerpo de su hermana.

Entre sollozos, su corazón se fracturaba, pero en la bruma del dolor, una voz susurró: "soy tu ángel guardián, siempre cuidaré de ti".

{ 𝐭𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐞𝐬𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐠𝐞𝐝𝐢𝐚 }

───── Ya no sé qué hacer contigo, Ederne. Te han sacado de la escuela porque consumiste alcohol en clases y porque te peleaste con la maestra. Tengo el dolor de tu hermana aún, ¿por qué me das problemas? ───── Ederne sufre por la ausencia de su hermana, ese dolor la ha llevado al camino del alcohol, pero no solo eso, también de las drogas ───── ¡Ederne! Te estoy hablando. Mírame ───── notó unos ojos rojos ───── Lo único que faltaba. Que fueras también una drogadicta.

───── ¿Y qué?.

───── ¡Ya basta! ───── le dió una bofetada por impulso ───── Me preocupas. Te internaré en un centro de rehabilitación de Mallorca. Y saliendo, vas a estudiar negocios en París.

───── ¿Sabes por qué aceptaré? Porque no quiero verte más.

───── Aceptarás porque no tienes otra opción, Ederne. Y me lo vas a agradecer cuándo crezcas.

Me emociona volver a tener inspiración para escribir algo.
La novela desde el primer día me encantó, y el personaje de Mauro Nicoliti me inspiró, espero sea de su agrado. Sin más qué decir, disfruten.

𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐧𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐞𝐭𝐚 (𝗇𝗂𝖼𝗈𝗅𝗂𝗍i 𝗑 𝗆𝗈𝗇𝖼𝖺𝖽a)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora