𝐀tormentada por la trágica muerte de su hermana y enfrentando la constante desaprobación de su madre, la vida de Ederne Moncada parece estar envuelta en un manto de oscuridad. Sin embargo, en medio de la tormenta, encuentra el amor a lado de Mauro...
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───── ¿Y esa sonrisita? ───── cuestionó Gala a Ederne mientras bajaban para desayunar.
───── ¿Sonrisa?.
Sí, consigo traía una sonrisa al pensar en el encuentro casual con Mauro Nicoliti en ese bar. Vivió un rato tan agradable a su lado sin beber alcohol. Y sobre todo, sintió apoyo en su momento vulnerable.
───── Tía ───── habló Bosco quién se incorporó detrás de ellas con Eder ───── ¿supiste algo de mi papá?.
───── Kenzo está moviendo Cielo, Mar y Tierra para que Esteban esté de regreso con nosotros, Bos...
Habían bajado las escaleras los cuatro, en eso Sabina abrió la puerta dejando entrar a Paz con una bolsa.
───── ¿Hola? ───── Ederne la saludó confundida. Nadie le había notificado que vendría. De cualquier modo, no tenía problema.
───── Una disculpa si vine sin invitación a su casa, señorita Ederne pero el señor Esteban si escucharon me dijo que los cuidara pues mientras él... ya saben, mientras él sale libre. También les traje algo bien rico, ¿no quieren ir a la cocina?.
───── No te hubieras molestado, Paz.
───── Nombre, si no es ninguna molestia para mí, mija. Los Roble hacemos todo de corazón, verdá de Dios.
───── Está bien. Acompáñanos a la cocina ───── el camino no fue tan largo, en cuánto llegaron a ella, Paz empezó a sacar unas bolsas.
───── Les hice unas tortas de milanesa ───── a cada uno le hizo entrega ───── Me desperté desde muy temprano. Pruébenlas, niños.
Aunque los cuatro tenían hambre, el pequeño Eder fue el primero en morder la torta de milanesa. Ederne no quería hacerle el feo a la comida, si bien nunca había comido algo parecido le quiso dar la oportunidad cómo a los tacos de canasta.
───── ¿Quién te dejó pasar a mi casa? ───── Elvira entró a la cocina ───── ¿Y qué es eso que está comiendo mi nieto?.
───── Son tortas de milanesa, Yaya ───── Eder habló con la boca llena.
───── No hables con la boca llena, sabes qué es de mala educación. Y no, no, no. Quitenle esas tortas de milanesa ───── dió la orden a un empleado ───── y repartelas con los demás empleados. Ellos no van a seguir comiendo esto. Y tú, házme el favor de irte de mi casa.
───── No, no toques las tortas ───── dió la orden Ederne y Elvira la observó con esa mirada mala cada que la desafiaba ───── Paz las trajo con cariño para tus nietos y para mí. Está siendo empática con todo lo que estamos pasando. Ella no se irá a ningún lado porque esta casa no es solo tu casa.