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La semana de depresión para Suguru y trabajo interminable para sus matones eran siempre a fin de mes, semana donde Candylov no subía ni un miserable video y no mencionen los live, pero esta vez era diferente, pasaban las dos semanas y su mujer no aparecía.

Satoru estaba acostumbrado a estas “rabietas” de Suguru y quizás lo acompañaría en su sufrimiento de no ser porque intentaba a toda costar meterse en los pantalones de un tal Nanami Kento que era nada mas ni nada menos que el líder del escuadrón Anima en la mafia de Suguru.

Escuadrón especial de búsqueda de información y captura de personas, claramente Nanami era el ultimo en tener tiempo libre de esos tres razón por la que nunca conoció al despampanante Satoru.

Sargento de la marina que es un infiltrado de la mafia, mantiene contacto directo con todas las operaciones del país y del gobierno, en pocas palabras mientras Satoru y Nanami cumplan su trabajo Suguru es intocable.

Realmente lo que importaba no era eso si no que Suguru Geto estaba parado frente a la maldita Candylov y enterándose que era una deudora de no solo unos dólares si no que millones.

La muchacha estaba encerrada en una jaula junto a 20 mujeres, agotada, golpeada, esposada y amordazada con un cartel de peligro, claramente esa mujer le dio pelea al mismo Nanami Kento, no le entraba en la cabeza como es que llego a este punto si el jamás le dio un préstamo a esta mujer.

Sin esperar mas solo la saco de la jaula mientras la mujer oponía resistencia con su pequeño cuerpo, chillando groserías debajo de la mordaza mientras temblaba como si fuerza la presa de un lobo hambriento.

Pero Suguru conocía mejor que nadie cuando la gente temblaba por miedo, y Candy temblaba de ira, podía escuchar su pecho gruñir, pero lamentablemente para ella, este hombre solo la miraba como una ardilla enojada.

-te voy a soltar…si me golpeas…ya veremos como arreglar- sentencio el hombre tomando su mentón claramente la reconocía, tenia sus tatuajes de Candy love en las rodillas y también supo que hace semanas la vio en la tienda.

Llegaron a una oficina donde la puso sobre una silla, corto las cuerdas y saco la mordaza con cuidado mirándola con suma atención. Candy no se movió ni un poco y su ceño fruncido no disminuyo.

-entonces dime…¿Cómo es que debes tanto dinero?- hablo Suguru tomando un mechón de su cabello manteniendo una pose dominante.

-claramente la deudora no soy yo, pero…¿eso es lo que hacen tus maniáticos? Encontrar alguien que pague eso me lo dijo mi padre ustedes no son mas que una mierda cada mes deposito todo lo que gano para poder pagar esta mierda que busco mi padre y ustedes siguen dándole dinero- Chillo sacando la mano del hombre de su cabello furiosa- si no les pagan lo suficiente para que seguir dándole dinero.

Suguru quería reír, parecía una pequeña rata enojada, aun si era muy pequeña esta mujer seria muy peligrosa para Suguru en el futuro.

-bien…quizás tengas razón querida- volvió a poner su rostro frente a la chica que solo quito la mirada, era valiente mas no le pidan cordura con ese dios griego frente a ella- podrás irte y seguir pagando las deudas, dime donde y como trabajas yo iré personalmente a cobrar mes a mes y también quiero tu dirección linda.

El hombre sonrió con diversión a pesar de su voz ronca y serio tono de voz sabia perfectamente que la dejaría unos días y luego no saldría de su casa, ahora mismo la polla le temblaba en los pantalones.

La verdad sea dicha T/N no podía creer toda esta situación, si tenia que pagar con su cuerpo si le abría dado asco pero viendo de mejor manera a Geto no podía decir que no le gustaría.

Relamió sus labios y asintió no muy convencida a los ojos de Geto pero mas bien estaba aturdida, tomo una hoja y escribió rápidamente su dirección y horarios de trabajo.

-tienes una letra horrenda- sentencio el hombre tomando el papel mirando a la mujer que se sonrojo un poco y desvió la mirada.

Claro que su letra era horrible, no llego muy lejos en la escuela, no recuerda bien como escribir ni mucho menos las reglas ortográficas.

Solo hace lo mejor que puede para estar viva, sabia muy bien como pelear, generar dinero y sobrevivir, ¿Qué mas querían de ella? Que dominara el puto mundo.

Estas palabras pequeñas para Suguru eran un golpe enorme para T/n, aumentaba su odio, quería solo irse de una vez por todas o rogarle que atrape a su papa y que le permita romperle la nariz de un golpe.

-¿ya puedo irme?- susurro bajando la guardia Suguru sonrió tomando su mentón, no era de esperar que dejara un pequeño beso en la comisura de sus labios.

-ni siquiera sabes donde estas- sentencio- iré a dejarte primero, voy a ver en que condiciones vives y pondré a alguien para cuidarte- hablo caminando a la salida con la chica siguiéndolo de cerca.

No vamos a mentir, Suguru quería ver todos y cada uno de los trajes, los juguetes, todo lo que comía, todo lo que habia en su casa, se imaginaba un lugar pequeño, pero lindo, infectado de feminidad, un poco desordenado y que apestara a la chica cosa que no le molestaba.

Pobre cosita tonta, esta tan equivocado y la mujer solo podía caminar sintiéndose humillada, tal vez si Suguru veía su casa le daría otra.

¿No?

sexy porn star (Suguru Geto) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora