Capítulo 12

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La oscuridad de la noche envolvía el exterior de la casa de los Nishimura mientras la vibrante música de la fiesta resonaba en el aire. Danielle y Haerin, inmersas en una mezcla de ansiedad y emoción, se sumaron al bullicio de la celebración. La fiesta, que se extendía a lo largo de las horas posteriores a la escuela, ofrecía la promesa de una noche memorable.

Danielle, determinada a hacer que esta noche fuera especial para Haerin, no perdió tiempo en acercarse a ella en medio del colorido caos de luces y risas.

— ¿Te estás divirtiendo, Haerin? —preguntó Danielle, su sonrisa iluminando la penumbra de la pista de baile.

Haerin asintió, contagiada por la alegría de Danielle. El estrés de la semana se desvanecía con cada paso enérgico que compartían. La complicidad entre ellas se manifestaba en risas compartidas y miradas que hablaban más allá de las palabras.

La música, con su ritmo contagioso, las atrapó en una danza liberadora. En ese instante, el mundo exterior desapareció, y solo existían ellas, moviéndose en sintonía con la melodía. Danielle y Haerin se entregaron al placer de la música, compartiendo risas y gestos cómplices que sellaban una conexión especial.

A lo largo de la semana, Danielle había expresado sus sentimientos con una sinceridad reconfortante. Había revelado su descontento con el novio de Haerin, Riki, y le había confesado sus propios sentimientos. Haerin, por su parte, comenzaba a comprender la profundidad de las emociones que Danielle albergaba por ella.

— Odio a tu novio. Yo podría ser mejor novio que él —dijo Danielle, dejando al aire la posibilidad de un futuro distinto.

Haerin se encontraba en un dilema interno, cuestionando su relación con Riki y considerando la posibilidad de algo más con Danielle. La noche de la fiesta se presentaba como una oportunidad para escapar de las tensiones y disfrutar del momento.

La música pulsante, las risas y las luces destellantes crearon una atmósfera mágica. Haerin, liberándose de las restricciones emocionales, se levantó para alejarse del tumulto con Danielle siguiéndola de cerca. Kang y las demás también se dispersaron, cada una inmersa en su propia diversión.

Danielle y Haerin, alejándose del núcleo de la fiesta, compartieron un espacio más íntimo. Danielle, decidida a hacer que la noche fuera inolvidable, guió a Haerin hacia un rincón menos concurrido.

— ¿Quieres darle un giro a esta noche? —propuso Danielle, su mirada transmitiendo complicidad y determinación.

Haerin asintió con entusiasmo, dispuesta a dejar atrás las preocupaciones y disfrutar del momento con Danielle. Juntas, se sumergieron en la pista de baile, moviéndose con gracia y dejándose llevar por la corriente de la música.

La complicidad entre Danielle y Haerin se fortalecía con cada paso, y la tensión inicial se desvanecía en la magia de la noche. Danielle, con su energía contagiosa, lograba sacar a relucir una sonrisa genuina en Haerin.

La fiesta avanzaba, pero Danielle y Haerin decidieron ignorar el paso del tiempo. Se entregaron a la música, al baile y a la promesa de un nuevo comienzo. La conexión entre ellas, palpable y llena de significado, se intensificaba con cada gesto compartido.

La noche, que inicialmente parecía solo un evento social, se transformó en un capítulo especial para Danielle y Haerin. A medida que los primeros rayos de sol asomaban en el horizonte, las dos chicas compartieron una mirada de complicidad, reconociendo que, a pesar de los desafíos y las opiniones externas, habían logrado transmitir su mensaje y enfrentar juntas las adversidades del amor reprimido. 

𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 || CandyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora