La noche de la Luna Nueva.
El fuego en sus ojos...
El miedo en sus palabras...
Muerte allí donde mire...
Terror en la sala...
Y...
Negro, todo negro.
Abre los ojos.
La habitación está oscura, la cama la siente dura y los pelos alborotados.
Cassandra se vuelve a encontrar sentada en su cama tras un sueño horrible, bueno, el mismo de siempre. Se piensa que ya lo tiene superado, pero es mentira.
Siempre dice que su corazón no siente, y es verdad, no siente pero a veces, por la noche, se despierta esa pequeña vela que la hace sentir un poco de pena y miedo.
Pero a otra cosa, sus sentimientos no son importantes.
Una extraña sensación se apodera de ella, una mala sensación. Se levanta de la cama y mira tras la ventana.
No hay luna, esa no solía ser buena señal.
Pero ese no es el mal presentimiento, algo está ocurriendo que ella no sabe que pasa, pero que es importante.
Que malo que te llegue esa sensación.
¿Qué haces cuando llega?
¿Esperar sin hacer nada?
Tampoco se puede hacer otra cosa.
Se vuelve a echar en la cama pero no cierra los ojos.
Ya casi no queda nada para que llegue.
Y la de veces que lo ha ensayado, pensado. Sería reina porque se lo merecía.
Madre mía, que horror de verano, pensaba moviéndose a todos lados.
¡Ya sabía que hacer! Podía mirar el fuego.
No lo había hecho muchas veces, pero sabía perfectamente como ver el fuego.
No era su opción principal nunca, porque no era muy preciso, pero ahora mismo necesitaba verlo.
Se levantó de la cama de un salto y fue directa a la chimenea de la habitación. Había troncos, pero necesitaba una llama para encenderlos.
Cogió un palo fino de la chimenea y lo raspó varias veces contra el marco de la chimenea hasta que prendió, por lo que lo echó dentro. En menos de un minuto se podía ver una llama bien grande prender los troncos.
Ahora fue hasta el baño, donde dentro de un pequeño armario al lado del espejo cogió un botecito de cristal.
Lo miró detalladamente y volvió a la chimenea. Allí abrió el pequeño bote para coger con la punta de los dedos una pizca de los polvos transparentes que contenía. De la mano los pasó a la chimenea al mismo tiempo que dejaba en el suelo el bote de cristal.
Se arrodilló ante la llama de fuego y esperó.
No era necesario esperar mucho, solamente no quitar la vista porque en cualquier momento podría aparecer lo que ella esperaba ver.
Un joven a caballo, cabalgaba veloz por una extensa llanura. Parecía que estaba solo, pero cada poco echaba la vista atrás nervioso.
Debían de estar persiguiéndole.
Si, se distinguían detrás de él tres figuras más, imposibles de reconocer a caballo también.
Uno de ellos tensa el arco, apunta y dispara al joven en la pierna.

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Cassandra
FantasyUNA TRAICIÓN IMPERDONABLE. UNA LUCHA POR EL PODER. Pasado: Cassandra tiene un secreto muy oscuro que no deja ver la luz. Solamente su mano derecha y su mejor guerrera podrá ayudarla a cumplir su destino. Por el rey: Calem sigue pensando que lo mej...