Actuó, ahora si que actuó como tenía que hacerlo porque nadie y repite ella misma, nadie la adelantaría. Era su guerra, ella la provocó y ella misma la empezaría. No dejaría a Kiriam empezarla.
Sus tropas se habían dispersado por el terreno, saliendo de la montaña, para llegar sin ser vistas al castillo de los hombres. Ahora salía ella, menos de cinco días después, de la mano de Ventisa, y con la ayuda de un dragón.
Cassandra salió al patio de la mano de su mejor amiga y allí estaba la dragona, tumbada todo lo hermosa que era, porque lo era.
- Es la hora, Kiriam salió del castillo anoche. -Informó Ventisa. -Hudson me lo contó ayer al regresar del bosque. -Y eso fue después de ver a Robin y justo antes de volver a encontrársela por tercera vez con Freya. -Te seguiré a donde vallas Cassandra, a donde tu vallas. -Lo había asegurado ya muchas veces, pero eso era la definitiva.
- Yo te seguiré, pero no tan lejos como lo hará Ventisa. No voy a luchar en la guerra a no ser que sea necesario. -Lo había afirmado más de una vez, pero esa era la definitiva.
- Muy bien y gracias a las dos. -Anunció Cassandra subiéndose a la dragona. -No quiero llevaros a la muerte, pero si se da el caso de que se interponga entre nosotras debo deciros que ha sido un placer contar con vosotras. –Ventisa afirmó con la mirada y subió detrás de ella al dragón.
Ella no era tonta, para nada. Lo había visto todo, todo lo que pasó en ese castillo lo había visto ella. Aún que fuese pequeña y parecía indefensa era su mejor baza para enterarse de todo lo que pasaba en palacio.
Claro que lucharía con Cassandra, siempre, pero no llegaría a la muerte de ella ni de nadie que no fuese Kiriam o Pol.Además, ella no cree que esta historia termine aquí, esta guerra será el principio.
La dragona alzó el vuelo y todo el mundo bajo sus pies tembló al verla, aún que sabían que no les iba a hacer nada.
Annabeth la vio desde su casa, dispuesta a bajar para descubrir más cosas sobre los misterios sin resolver. Esa era la gran señal, la guerra acababa de comenzar.
Cassandra y Ventisa llegaron en un abrir y cerrar de ojos al claro, el lugar donde no hay árboles, donde en verano se pasa un calor sofocante (como hemos visto).
Kiriam estaba allí abajo, montado en un caballo blanco, con su corona de rey (no la que está en su castillo, esa pesa demasiado para pelear con ella). Detrás del imponente personaje (y ridículo para algunos) se encontraba su ejército, claro que mayor que el de ella, pero no serían rivales.
Kiriam paró a todas sus tropas al verlas llegar.
El dragón dejó a Cassandra y Ventisa en el claro y se marchó por donde había venido.
Eran dos contra puede que trescientos o más hombres.
Por ahora...Cassandra desenvolvió la espada y Ventisa su arco.
Había pensado, había tomado su decisión y era Sí, no se arrepentía de nada y estaba preparada para matar a Kiriam.- ¡Has intentado adelantarme, pero la que hizo la promesa fui yo! -Gritó Cassandra. -¡Y estoy lista para cumplirla!
Kiriam no dijo una palabra porque si empezaba a hablar iba a descontrolarse, y no era lo que pretendía.
Quería acabar con eso ya y según él, hoy sería el día.No es tonto, para nada en absoluto lo es. Sabía que Cassandra no estaba sola, por eso no atacó, quiso esperar a ver que pasaba, que ocurría porque seguro que ella tenía un plan.
Cassandra no se movió, sabía que el sospechaba de ella, era tonto pero no era desprevenido.
Ella debía empezar, tener el primer asalto, primer movimiento, como en una partida de ajedrez.Los alfiles en esta partida son el punto clave, porque la reina está en el medio del tablero. Las torres brillan por su ausencia y los alfiles son las armas secretas, pero el rey, es la ficha especial.
Tres, dos, uno... Empieza el tiempo.
Primer movimiento, para Cassandra y ha decidido desplegar a los caballos, de los que no hemos hablado aún.
Detrás del rey Kiriam y de su ejército se desplegó una armada más bien pequeña de jinetes a caballo.Segundo movimiento, para Kiriam y decide desplegar a todo el tablero, menos al rey, alrededor de Cassandra y de sus caballos.
Tercer movimiento, para Cassandra y decide sacar más caballos a su alrededor, para empezar a rodear ella a Kiriam, no al revés.
Cuarto movimiento, para Kiriam y decide acercar a sus fichas, no a Cassandra, a los lados que no tienen fichas negras para rodear desde fuera.
Quinto movimiento, para Cassandra y decide desplegar a su arma secreta, los peones.
Por su puesto, menos hombres que los de Kiriam, salen de tosas partes, de todas partes literalmente y empiezan a rodear al ejército de Kiriam ayudados por los caballos.
Sexto movimiento, de ambos: atacar hasta que uno de los dos desista.
Cassandra sabe que lo tiene todo a su favor, que es más lista que el rey y que no necesita más hombres para ganarle, aún que los podría conseguir.
Ese reino de los hombres sería suyo y pronto dejaría de ser lo que todo el mundo conoce.
Kiriam sabe que no tienen nada que hacer. Su reinado pende de un hilo y su dinastía también. Ya no tiene heredero y esa mujer, ella, la que puede que fuese una hija para él, quiere destruirle por el pasado, por errores de ambos, por secretos. Su dinastía pende de un hilo y es muy fino, casi con mirarlo se rompe.
Ella no se fue muy lejos, solamente quería no entrar en peleas, además, ver un dragón para la mayoría de personas les hipnotizaba, sería un punto en contra de Kiriam y si se iban a conseguir las cosas, sería limpiamente.
Además, la dragona había vivido ya demasiadas trampas, demasiados juegos, demasiadas mentiras.
Adoraba a Cassandra, pero no iba a hacer algo en lo que no creía, jamás.
Que fuese la dragona de alguien, no quería decir que tuviese que estar a sus órdenes. Ambas lo dejaron muy claro al crecer, ninguna mandaría a la otra, solo se seguirían si quería y creían en ello.
Ese era el juramento, la promesa, y no hay nada más preciado que eso.
Baja la mirada y observa, observa a un chico no mayor que Cassandra atravesar el bosque de los elfos de la nieve a toda prisa.
¿Quién era? Un elfo claro. Era uno de los exploradores, claro.No iba a hacer nada.
Ella sabía que los alfiles estaban allí, esperando y además, de las tres personas que hay ahora mismo en el castillo, las tres le necesitan a él para arreglar sus problemas del pasado.
Puede que no sean sinceros con ellos mismos aún, pero podrán estar tranquilos con su pasado.
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Cassandra
FantasíaUNA TRAICIÓN IMPERDONABLE. UNA LUCHA POR EL PODER. Pasado: Cassandra tiene un secreto muy oscuro que no deja ver la luz. Solamente su mano derecha y su mejor guerrera podrá ayudarla a cumplir su destino. Por el rey: Calem sigue pensando que lo mej...