—Jo, si me muero, espero verte en mi otra vida.
«No, gracias. Prefiero reencarnar y tener una vida miserable que volverte a encontrar.»
Levanté una ceja, indignada, y le mostré mi dedo medio.
—Si llego a reencarnar, espero ser tu vecina chismosa. Voy a adoptar un perro y haré que cague el patio de tu casa.
«Matza, concéntrate.»
Solté un suspiro y me senté en el suelo en modo indio. Me costó hacerlo. Esta mierda de la edad avanzada me tenía mal. Me dolía el cuerpo y me cansaba con rapidez.
Debía quitarlo ya.
Estaba rodeada de velas blancas y verdes. Además de regresar a mi juventud, tal vez pueda conseguir prosperidad en el camino. Estaba dentro, en el centro del círculo formado por las velas, donde, además, habían algunas especias que rodeaban las mismas y que hacían una línea hasta el centro.
Mi cuerpo desnudo estaba empapado por el agua de manantial, las especias de mi alrededor y sangre de dudosa procedencia pero que Frank me prometió que era de un joven que estaba sano físicamente.
Olía raro.
Cerré los ojos y comencé a recitar de memoria aquellas palabras que terminé aprendiéndome en mi otra vida. Era para quitar toda maldición, mal de ojo o cualquier cosa mala que hay en el cuerpo, espiritualmente hablando. Aunque, claro, en aquella época se utilizaba para rejuvenecer.
Sentí una corriente hacerme vibrar y extendiéndose por todo mi cuerpo. Eso quiere decir que los tres me estaban tocando y ayudando a maximizar lo que estoy haciendo.
Con mis ojos cerrados, me percaté que las llamas habían crecido, iluminando más la habitación en un tono amarillo o naranja.
El dolor en mi cuerpo, empeoró debido a que debe someterse a cambios para volver a mi edad cronológica. En el último tiempo, me cuidaba de más para no enfermarme.
El acelerar mi envejecimiento, me causaba cierto malestar y mi cuerpo era más susceptible. Por ello, debía quitar el hechizo rápido: mi cuerpo no aguantaría mucho.
Y si moría, iba a reencarnar y volvería a tener las mismas conexión fuertes de la anterior y de esta vida, pero Greg no moriría. Y si él no lo hacía, tomaría a Diane y no la dejará que siga el curso de su destino. Y si no está en su curso, no tenía una razón para vivir.
Entonces, iba a morir de manera horrorosa.
Si Greg aún no ha muerto por no seguirlo, es por precavido. Él sabe dónde se metió.
El dolor corporal se intensificó pero no me permití desvanecer hasta terminar el ritual. No quería volver a bañarme con estos inusuales ingredientes.
Comencé a sentirme mareada, sabía que estaba próxima a desmayarme, así que al repetir la última frase tres veces, ingerí el vaso con agua, sangre y especias que había dejando frente a mí.
Hice un esfuerzo inhumano al tomarlo, y me dieron ganas de vomitar. No lo hice, solamente por me desmayé.
Sabía que no había muerto porque en mi inconsciencia, comencé a soñar.
O más bien, a recordar.
Sentía el escozor de mi piel sangrante, el dolor punzante de algunas partes de mi cuerpo, la dificultad que tenía al caminar. Los gritos de odio de las personas.
Mi visión estaba algo nublada por el mismo dolor y las lágrimas aglomeradas que no permitía dejar ir.
Caminaba arrastrando las cadenas, con el piso ardiendo bajo mis pies y con el sol quemando mi piel herida.
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El beso del olvido [Libro II]
Romance«No creo terminar siendo más infeliz de lo que ya soy» Luego de una vida pasada catastrófica, Matza se prometió no cometer los mismo errores. Sabía que en algún momento, ella volvería a cruzarse en las vidas de aquellas personas, donde deberá proteg...