III

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Era el día de luna nueva según mis cálculos en la pared acolchada. No estaba rayada pero utilizaba algunas esquinas de los cuadrados que la decoraban y nos protegían, como una guía.

Como siempre, Jo era quien me acompañaba. Estaba aburrido, así que su color de hoy, era el lila opaco.

Li no había regresado y esperaba que estuviera haciendo su parte del trabajo. Seguramente, Al debe estar en la azotea tratando de ver más allá de lo que sabemos.

Caminaba de un lado a otro mientras mordía mi labio inferior con nerviosismo. Tenía unos días sin saber nada ni poder hacer algo porque seguía en el psiquiátrico. Me causaba estrés saber que el tiempo corría y que Dylan estaba haciendo de las suyas.

Tenía un mal presentimiento.

Y, a pesar de no tener magia como en mi anterior vida, podía sentir ciertas cosas, como las conexiones de las personas y saber cómo se sienten a través de su aura y alma. Y los presentimientos nunca me fallaban.

No sabía exactamente qué iba a ocurrir pero sí tenía en cuenta el día, y a juzgar lo que he sentido, todo el día será catastrófico.

El problema es que no podía ver quién estaba involucrado, así que podía deducir que esto estaba ocurriendo entre Greg y Diane. Tal vez con Bradford, pero no era tan seguro porque no lo había conocido en esa vida.

  «¿Podrías calmarte? No lograrás hacer un hoyo en el piso para poder escapar.»

—Algo está pasando, Jo, y no sé de quién se trata.

Esto atrapó su atención. Un tono celeste se percibió de su traje, por lo tanto, tenía curiosidad.

  «Pero tú siempre sabes de quién se trata.»

—Ese es el problema: gran parte del día pasarán cosas y no logro saber a quién. Eso quiere decir que ellos están involucrados —Me detuve y lo miré—. Es igual que en sus líneas temporales: hay una neblina espesa que no me da visibilidad. Seguramente es por el conjuro que él impuso entre todos nosotros.

  «¿Por qué él tiene poderes y tú, no?» interrogó «¿O él también recibe ayuda?»

Me senté en la cama colocando mis brazos sobre mis muslos y lo miré. Esa simple pregunta, me entristeció y bajó por completo mis energías.

—Por estúpida enamorada —murmuré recordando aquel día donde le entregué mucho de mí, hasta mi vida, y no recibir nada a cambio—. Le cedí parte de ello porque confié en él... Pensé que si demostraba mi lealtad, él me aceptaría. Creí que íbamos por buen camino. Tal vez, ese algo que sentía que me faltaba, lo tendría cuando él decidiera estar conmigo y no con Diane.

Jo cambió su color drásticamente a un rojo intenso.

—Luego de obtenerlo y haberme hecho creer que estábamos bien, que había entendido lo que hice y me había aceptado por fin... Hizo algo que jodió todo y acabó siendo buscado por la caballería real —Tragué saliva. Esos recuerdos pasaban con rapidez y sólo empeoraban mi estado—. Di mi vida creyendo que él me rescataría..., pero no lo hizo y sólo se quedó allí, viendo como me quemaban viva.

Una lágrima traicionera se deslizó por mi mejilla, y la limpié con rapidez. Él no merecía más lágrimas.

—El hecho de que cediera parte de mis poderes y que muriera al poco tiempo, causó que mi muerte fuera tomada como sacrificio y que eso afianzara el poder que ya tenía; así que no pude recuperarlos al reencarnar —espeté.

  «Haré que Gary pierda su control y lo tome a él como su saco de boxeo.»

Solté una risilla.

—No quiero involucrar a Gary en esto —comenté—. Además, ya hablamos de no utilizarlo otra vez como distracción.

  «¡Debe agradecerle a la vida que soy un alma sin cuerpo; de lo contrario, ya lo hubiera golpeado! ¡Es un hijo de puta!» exclamó caminando por la habitación con su rojo intenso «¡Espero que tenga un pene pequeño, precoz y que tampoco lo sepa utilizar!»

Reí con más ganas mientras escuchaba los insultos de Jo hacia Greg.

Decidí ignorar lo que sentía, al menos, un poco. El presentimiento era negativo.

Comencé a cantar con Jo acompañándome para entretenernos mientras regresaba Al. Los demás, los pacientes y trabajadores del lugar, sólo me escucharán a mí, y era lamentable porque Jo cantaba bien.

Ignoré lo más que puede, pero sentí un estremecimiento cuando Al cruzó las paredes. Su color era morado, así que no podía significar algo muy bueno si él estaba preocupado, con miedo.

  «Las vidas no continuaron con el curso que había previsto.»

Fruncí el ceño y miré a Jo, que mostraba un violeta rojizo en su vestimenta.

  «¿Qué quieres decir?»

—¿Diane no fue? —interrogué.

  «Todo está confuso y la niebla está fuerte, pero según Li, sí fue y está redescubriéndose.»

  «¿Y eso no es bueno?»

—¿Bradford no fue?

Al no respondió y una ira intensa me inundó.

Comencé a gritar llena de frustración, a golpear la pared, a hacer el peor berrinche que podía realizar en el momento, a maldecir a Dylan porque sabía que él era el causante de interponerse en sus caminos nuevamente.

Y lo peor de toda esta situación, era que estaba encerrada en este cubo acolchonado y no podía hacer absolutamente nada para buscar a Bradford o para acompañar a Diane o para intentar estrangular a Greg con mis propias manos.

Y me molestaba más el hecho de que sabía que si lo tenía en frente, no iba a lastimarlo.

La puerta de la habitación fue abierta y por ella, apareció Frank y otros enfermeros. Me sostuvieron entre varios para luego sentir un pinchazo en el brazo.

Rápidamente, mi cuerpo fue respondiendo al tranquilizante. Frank me sostuvo y me dejó en la cama mientras se deslizaban por mis mejillas las lágrimas causadas por la rabia acumulada y por la sensación de que él siempre está delante de mí.

—Lo lamento, Matza —Lo escuché aún muy presente—. Pero no podía impedir que te cedaran luego de tu arranque de ira. No es común que pacientes con esquizofrenia tengan estos ataques, pero según tu diagnóstico posees alucinaciones e ideas delirantes, y no sabemos cuál fue tu detonante. Y aunque sé que ni siquiera debes estar aquí, esos síntomas son de las razones por la que estás recluida.

Sentí que se alejaba de mí y a duras penas, escuché la puerta cerrarse. Estaba perdiendo la conciencia.

—Él no va a ganar siempre, muchachos —murmuré sintiendo la lengua pesada—. Sólo debo salir de aquí.

  «En unas semanas, lo harás. Él no sabe que estás aquí, así que no se interpondrá en tu camino» Logré oír a Al. «Mirando el lado bueno, logré confirmar que las almas de Bradford y Diane, ya se conocen en esta vida. Pero no pude saber si él la recuerda.»

El beso del olvido [Libro II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora