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— Aquí tienen.
El hombre detrás del mostrador les entrega la comida uno por uno, tres contenedores de plástico con hamburguesas y papas fritas dentro. El cuarto contenedor tiene una especie de dudosa hamburguesa de verduras que pidió Miyeon y un lado humeante de pepinillos fritos. Finalmente, el hombre les da los cubiertos y unas cuantas servilletas.
Buscan durante un par de minutos hasta que encuentran una mesa vacía que no esté cubierta con una sustancia pegajosa desconocida, y luego se sientan. Shuhua y Miyeon ocupan un lado de la mesa, mientras que Somi y Soojin ocupan el otro.
Shuhua desenvuelve su hamburguesa con entusiasmo y le da un mordisco, disfrutando de los sabores que se deslizan en su lengua. No es la mejor comida del mundo, pero trae consigo buenos recuerdos de venir aquí de niña. Va por otro bocado, pero se detiene, observando la expresión complacida de Miyeon.
Miyeon parece demasiado absorta en su comida para notarlo. Sus ojos apenas están abiertos, las mejillas llenas y hinchadas de comida. Es lindo, distraídamente así.
— ¿Quieres una? — Miyeon ofrece, señalando los pepinillos con su mano libre.
— Claro. — Esa no era la razón por la que estaba mirando, pero bueno.
Shuhua toma uno de la agrupación y lo coloca tentativamente en su boca, masticando lentamente. Honestamente, esperaba que fuera malo, pero en realidad es bueno. Realmente bueno. Ella silenciosamente va a tomar otro y Miyeon le lanza una mirada de advertencia, pero no hace nada. Shuhua come feliz su segundo.
— Entonces, ¿cómo se conocieron ustedes dos? — Soojin pregunta, mientras exprime una cantidad repugnante de kétchup en sus papas fritas. Solo verlo le da a Shuhua malos recuerdos de citas pasadas.
Dado que Shuhua está ocupada con su tercer pepinillo, Miyeon responde la pregunta.
— Nos conocimos en un partido de fútbol. —Es técnicamente verdad, solo alterada. —Fue realmente romántico, de hecho. Me lastimé, así que Shuhua me llevó a la enfermería. Me pareció muy linda y simplemente tuve que invitarla a salir.
— Sí. No pudo resistir mi encanto. — Shuhua sonríe y posa una mano sobre la de Miyeon.
Somi prácticamente susurra al verlos. — Aww, es tan dulce. Es como si estuvieran en una película romántica.
Shuhua asiente, yendo sutilmente por su sexto pepinillo. Aparentemente no tan sutil, porque Miyeon lo nota y la patea en el tobillo. Demonios. Shuhua se abstiene de mirarla con furia, forzándose a mantener la expresión amorosa en su rostro incluso cuando intenta devolverle una patada.
