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Shuhua está sentada en su sala de estar, recostada en el sofá con los pies en la mesa de centro mientras mira fijamente la pantalla del televisor.
Es tarde por la noche y está viendo algún dibujo animado de mala calidad. Bueno, no, eso es mentira. No exactamente está mirándolo, más bien está mirando hacia adelante sin interés, dejando que sus ojos se desenfoquen para que su visión se vuelva borrosa.
Honestamente, no está segura de qué está viendo realmente. El dibujo animado está bien. Se trata de... ¿vampiros y hombres lobo peleando? ¿Perros luchando contra gatos? Quién sabe. A ella no le importa. Si lo piensa, realmente no importa, no cuando Miyeon está tan lejos, tan lejos de Shuhua, en algún lugar odiándola con todas sus fuerzas.
Solo ha pasado alrededor de un día desde que vio a Miyeon por última vez, menos de veinticuatro horas, y sin embargo, de alguna manera se siente como si hubieran sido jodidamente años.
El conocimiento de que ha herido los sentimientos de Miyeon la carcome, roe justo debajo de su piel, y aunque pueda parecer relativamente cómoda, en realidad está sufriendo una agonía total.
Desearía que Miyeon hablara con ella, le devolviera los mensajes o las llamadas, tal vez incluso viniera a la casa a verla, pero sabe que eso no va a suceder.
No sabe qué hizo mal.
Pero, si es honesta consigo misma, sí lo sabe. Si realmente lo piensa, lo había hecho todo mal. Primero, había aparecido con Soojin, maldita Soojin, si había alguien verdaderamente culpable, era su maldita exnovia, y luego, cuando llegó el momento de confesar su amor por Miyeon, se había quedado en blanco.
Aunque está enojada, no puede culpar a Miyeon por sacar conclusiones precipitadas. Si estuviera en la posición de la otra chica, probablemente habría reaccionado de la misma manera.
Por supuesto, Miyeon está enojada con ella. Tiene todo el derecho de estarlo. Por supuesto, no quiere tener nada que ver con Shuhua después de toda esa interacción. Shuhua suspira, pasándose una mano estresada por el cabello. Solo quiere retroceder en el tiempo a la noche en que ella y Miyeon salieron en esa cita, donde se estaban besando en el baño y todo era tan perfecto. Estaba feliz, entonces. Ellas estaban felices.
Demonios, incluso Shuhua volvería al momento en que no estaban felices. Preferiría tener peleas y discusiones que el silencio. Simplemente no puede soportar ser ignorada.
Con un pequeño bufido de frustración, Shuhua toma el control remoto y apaga el televisor, decidiendo irse a la cama antes de caer en una espiral descendente.
Sube las escaleras con pesadez y comienza a quitarse la ropa en cuanto la puerta hace clic cerrándose detrás de ella, golpeada repentinamente por una fuerte ola de agotamiento. Aunque ha pasado el día sentada en el sofá, haciendo básicamente nada, su cuerpo está pesado por la necesidad de dormir. Apenas logra cambiarse a su pijama, poniéndose una camiseta holgada y pantalones deportivos sueltos, antes de desmayarse en su cama.
