Olivia:
Me detuve y para cuando me di la vuelta, él ya estaba frente a mí.
—¿Me olvidé de algo?—pregunté.
—No, yo solo... ¿Cuándo vuelves a Barcelona?
—Mañana en la mañana—respondí y lo miré, parecía estar tan confundido como yo por el hecho de que se hubiera levantado de la mesa solo para hablarme.
—O sea que hoy es tú ultimo día...
—Sí.
—¿Y planeabas hacer algo?
—Supongo que conocer un poco la ciudad, nunca había estado en Madrid más que para los partidos de mi papá, así que me gustaría ver algo más que Estadios de fútbol.
Su sonrisa era pequeña, casi imperceptible, pero ahí estaba.
—¿Tú sola?—preguntó.
—Bueno, Kate salió con Iván, así que sí.
—¿Tú amiga y mi amigo están juntos en este momento?
Sorprendente, considerando que Kate no salía con una persona más de dos veces porque se aburría con facilidad.
Asentí y entonces lo entendí.
—¿Por qué?
—¿Quieres conocer Madrid realmente?—preguntó con una pequeña sonrisa.
—¿Es que se puede conocer mal?
—Si no naciste aquí nunca lo sabrás a menos que hayas contratado a un guía—dijo y se colocó las gafas de sol en el vértice del cuello de su camiseta.
—¿Quieres ser mi guía?
Y es que si no me lo decía de frente no lo creería. No entendía por qué Axel quería pasar más tiempo conmigo, esta mañana cuando prácticamente había escapado del piso, en su llamada y en los minutos que habíamos pasado sentados el uno frente al otro en esa mesita de esta desierta cafetería, había dejado claro, o por lo menos, insinuado que quería desligarse completamente de lo que había pasado anoche y en consecuencia, de mí.
¿Qué le pasaba ahora?
—Sólo sí tú quieres que sea tú guía—respondió.
No fue un sí rotundo. No era un: Yo lo deseo o un yo quiero.
Era solo un: Si yo lo permitía.
Y quizás yo era un persona del tipo fatalista, pero lo sentí como una manera de echarme la culpa si lo que pasaba a continuación salía mal.
Fue por eso que dije:
—No, gracias—y cuando noté que sus ojos se entrecerraban ligeramente, supe que había sido un error.
—De acuerdo—dijo simplemente.
—De acuerdo—respondí, solo porque me gustaba tener la última palabra, era una manía mía un poco tonta.
Lo cierto es que no esperé la reacción de mi estómago ante la última mirada que me dió. Era la última vez que lo vería y ese pensamiento a mi cuerpo no le agradó, sin embargo, me contuve.
Lo vi caminar en una dirección contraria a la mía, lo vi subirse a su auto y lo vi echarme un último vistazo antes de desaparecer de mi vida.
—¿En qué puedo ayudarte?
—Podría darme una pastilla del día después, ¿por favor?
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IT'S JUST A LOVE
FanfictionElla siempre ha odiado no poder decir lo que siente. Él siempre lo ha dicho todo. Ella siempre se ha retenido. A él han tenido que retenerlo. Son diferentes, pero a la vez son iguales. ¿Qué pasara?