Quizás es una mala idea

886 89 12
                                    

Axel:

—Estás jodido—dijo Iván mientras me daba una palmadita de consolación en el hombro para después dirigirse a su auto con una sonrisa en la cara.

Y sí, sí que tenía razón.

Estaba jodido.

Pero creo que lo más preocupante de toda esta situación es que ni siquiera me importaba.




Olivia:

—Suerte con darles la noticia a tus padres—dijo Kate con una sonrisa traviesa una vez que se bajó de mi auto.

Manejé en total silencio hacia la casa. No había tenido el valor ni de prender la música.

Solté un suspiro antes de entrar y no había que mentir, abrí la puerta intentando hacer el menor ruido posible porque ya era pasada la medianoche y no tenía sentido despertar a mis padres a estas horas, no, ellos merecían descansar.

Con suerte podría levantarme para ir a la universidad sin que ellos me vieran.

Giré el pomo con muchísimo cuidado y solo para evitar molestar, caminé de puntitas. Creí que lo estaba logrando en cuanto llegué al pie de las escaleras, pero entonces la luz de los sillones de atrás se prendió.

—Olivia.

Me llevé una mano al cabello para apartarlo de mi rostro antes de decir con una sonrisa:

—Hola, papi.

Papá estaba sentado en su sofá con la luz de la lámpara apuntándole la cara, visto desde donde me encontraba, tenía un aire a El Padrino. 

Tragué saliva antes de hablar porque él no tenía ni un atisbo de sonrisa en la cara, la situación no parecía hacerle mucha gracia. Tenía los dedos apoyados en el mentón mientras decía:

—¿Se puede saber...?

Pero antes de que pudiera terminar su pregunta, se encendió una luz detrás de él haciendo que los dos nos sobresaltáramos.

—Linda—dijo papá mientras miraba a mamá, quien tenía los brazos cruzados sobre su bata de dormir.

—Me dijiste que te ibas a ir a dormir y que dejarías todo este asunto para mañana—dijo mamá levantando una ceja.

—Hola mami—la saludé.

—Hola princesa—me respondió mamá con una sonrisa, que se borró inmediatamente después para ver a papá.

—Per Mor...

—Pedri a la cama.

—Pero acaba de llegar—me acusó papá y me señaló con ambos brazos.

—Los dos sabíamos que Oli llegaría tarde—le dijo mamá y señaló las escaleras.

—Pero no sabíamos que saldría en las noticias—dijo papá entre dientes y se puso de pie con la bata colgando.

—Ya hablamos de esto, anda—continuó mamá y comenzó a caminar detrás de él.

Cuando papá llegó a mi altura en las escaleras, se detuvo y dijo:

—Pero esto lo hablamos mañana, Olivia.

Oh no.

Me había llamado Olivia. No Oli. Y no princesa.

Lo único que me tranquilizó fue que mamá me dio un beso en la mejilla y un ligero apretón de manos.

—Buenas noches, cariño.

IT'S JUST A LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora