Las cosas no son así

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Jack:

No dejé de pensar en la chica de la melena dorada en todo lo que había restado de la cena.

Había esperado fuera del baño cerca de mi apartado. Era la primera vez que sentía la necesidad de hablar con alguien. La chica era hermosa, pero lo que más me hipnotizaba de ella, era el tono de su voz.

Solo lo escuché una vez y había bastado para hacer que quisiera acercarme. La esperé y cuando la vi salir con su hermanito me eché a andar. Me detuve cuando el chico que había dejado fuera para que tuviera privacidad en su llamada apareció y le rodeó la cintura con el brazo.

La chica del cabello dorado tenía novio.

O por lo menos lo tenía por ahora.



Olivia:

—Axel, fue un placer conocerte—dijo mamá en cuanto salimos del restaurante.

—El placer fue mío—contestó Axel, me tomó de la mano y entrelazó sus dedos con los míos.

Me gustaba que no dudara en esos detalles.

Un solo día me había bastado para darme cuenta de que Axel hacía lo que le nacía, como ponerme el brazo a la cintura, tomarme de la mano y buscar contacto. Durante la cena me había dado unos golpecitos con su rodilla.

—Hay cámaras—nos avisó Mati mientras estábamos esperando a que trajeran nuestros autos.

Levanté la mirada y noté como algunas personas sacaban el móvil y nos apuntaban con la cámara, también creí ver a las personas que trabajaban en los programas de chismes con las grandes cámaras.

—Pedí que se apresuren—dijo papá y él y mamá se tomaron de las manos.

—Axel, ¿tienes dónde quedarte?—le preguntó mamá entonces.

—He reservado una habitación en un hotel por aquí cerca...

—¿No quieres quedarte en casa?

—¿Qué?—preguntó papá.

Mati, Nic y yo soltamos una risa al ver la cara que había puesto papá. Era de horror.

—Solo estoy tratando de que seamos buenos anfitriones—le dijo mamá.

Axel también sonrió.

—Muchas gracias por el ofrecimiento, pero creo que no será necesario, ya reservé—volvió a repetir Axel y papá soltó un suspiro de alivio.

En ese momento trajeron el auto de Axel y él se dirigió a mí.

—¿Nos vemos mañana?—preguntó y yo asentí.

Fue un poco incómodo cuando me dio un pequeño beso en los labios y no por el beso en sí, sino porque lo hizo en frente de mis padres.

Se separó y se subió a su auto.

—No estarías planeando que Axel durmiera en la habitación de Oli —dijo papá cuando el susodicho ya no podía escucharnos—. ¿Verdad?

—Ay, Pedri —se quejó mamá y volteó los ojos con una sonrisa—. No puedes ser tan ingenuo.

—¿Qué?

—¿Te crees que no es mejor tenerlos en casa donde podamos verlos a que estén completamente solos en un hotel?—preguntó mamá.

Papá me miró.

—Oli, llama a Axel, dile que vaya a quedarse en casa.

—No—solté con una risa.

IT'S JUST A LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora