IT'S JUST A LOVE

Cristales rotos

Olivia:

Terminé de dar la clase de Tomy, uno de la coreógrafos de mamá, que había tenido que faltar porque tenía una cita con el médico. Los chicos de su clase eran mucho mayores a los bebés con los que estaba acostumbrada a trabajar, pero debía admitir que me había gustado demasiado, se había sentido de una forma liberadora y fue muy divertido hablar con ellos porque tenían entre ocho y diez años y soltaban todo lo que se les pasaba por la cabeza.

Tomé mis cosas y mi móvil para ver si Axel ya me había respondido, pero nada. No había señales de él. Se suponía que ya debería de haber llegado y yo aún no le había pasado la ubicación del restaurante al que iríamos a cenar. Por un momento pensé en llamarlo, pero no quería interrumpirlo por si aún estaba en camino.

Comencé a caminar hacia la recepción porque ahí tenía que encontrarme con papá, Mati y Nic y me quedé paralizada en cuanto vi a Axel y a mi padre estrechándose las manos.

—¿Hola?—pregunté no muy segura de qué decir a medida que me acercaba. 

Tuve que tragar saliva y mi espalda se enderezó de inmediato porque los nervios me recorrieron cada una de las partes de mi cuerpo cuando vi a Axel y él posó su mirada sobre mí. Casi me desmayé cuando una sonrisita de costado apareció en su rostro.

Siempre me sorprendía, el efecto que él tenía sobre mí.

—¿Él es tu novio?—preguntó Nic.

Miré a mi hermanito, quien tenía el ceño fruncido.

—Eso creo—respondí, aún un poco descolocada por la sorpresa.

—Que sepas, que estaba coqueteándole a mamá—dijo Nic a modo de susurro, aunque todos en la recepción pudimos oírlo.

Fruncí mi ceño y mamá tuvo que llamarle la atención.

—Nic —dijo mamá y él se encogió de hombros—. Se llama amabilidad, cariño.

—¿Oli?—me llamó papá y levanté la mirada hacia él y hacia Axel, quien no borraba la sonrisa de su rostro.

—¿Sí?

—¿Por qué no los presentas, cariño?—sugirió mamá con una sonrisita. Ella y Mati estaban disfrutando de toda esta escena.

—Ah sí, claro—dije y tragué saliva mientras caminaba hacia ellos. Era la escena más incómoda que me había tocado vivir en mis dieciocho años con mi familia. Nunca pensé que tendría que presentar de una manera tan formal a mi padre y a mi novio—. Papá—Papá levantó ambas cejas, expectante. Me fue muy difícil adivinar su expresión o lo que sea que estuviera sintiendo en ese momento—, él es Axel Ancelotti, mi...

Papá movía su cabeza asintiendo y a mi eso me ponía cada vez más nerviosa o por lo menos lo hacía hasta que Axel puso su mano en mi espalda para ayudarme. Su toque fue, de cierta manera, mucho más reconfortante de lo que esperaba.

—Mi novio—terminé y tuve que aclararme la garganta porque papá había notado la mano de Axel.

—Un gusto—respondió papá, pero no había ni una sonrisa en su rostro. Estaba bastante inexpresivo.

—Para mí también es un gusto—dijo Axel, quien no quitaba la mano de mi cuerpo y noté que en verdad yo no quería que lo hiciera.

—¿Acabas de llegar de Madrid?—preguntó papá, mirando a Axel a los ojos.

—Sí, le prometí a Olivia que vendría—respondió él sin apartar la mirada.

—¿No tenías un partido hoy?