-Capitulo 12: ¿Utilizado? -

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Zazu estaba haciendo su vigilancia matutina como siempre, pero al llegar a la roca del rey se encontró con varias leonas que no conocía, lo cual lo extraño mucho - ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué es todo este alboroto? -

Jari se acercó y le explico la situación, la pobre ave solo se desmayó al saber que Zira y su manada habían vuelto al reino, y peor aún, que era la novia de Kion.

Mientras tanto en el manantial, Nala se encontraba al lado de su esposo, pensando en cómo podrían solucionar esto, hasta que se le ocurrió un plan –Simba, y si le decimos la verdad a Kion, de cómo Zira lo utilizo para volver al reino y de paso lastimarte-

Simba volteo a ver a su esposa ante este comentario –Nala, esa puede ser una buena idea, si hacemos que Kion lo vea desde nuestro punto de vista, puede que incluso termine dejando a Zira- el león se sintió emocionado por la idea de su esposa -Pero yo decidiré en qué momento se lo digo, si se lo dijese ahora al volver, solo pensara que es un ataque a su relación, lo mejor será esperar unos días, hasta que se sienta cómodo y que crea que todo está bien con nosotros- la leona asintió ante la idea de su esposo y ya habiendo cuadrado todo, decidieron volver a la roca del rey.

Al llegar, fueron recibidos por las leonas guardianas y las leonas de Zira las cuales, se encontraban hablando sobre todo lo que habían vivido, estas al verlo, detuvieron su conversación y agacharon la cabeza, alegres por haber sido nuevamente recibidas, al entrar en la cueva se encontraron a Zira y Kion los cuales, estaban recostados muy juntos.

-Kion quiero hablarte- dijo Simba, el joven león se levantó para ir a ver a su padre –Estuve pensándolo un tiempo y estoy feliz de que ahora tengas pareja, me alegra saber que Zira y sus leonas ya no nos odian a muerte y que han decidido ser parte de nuestra manada otra vez-

-Gracias padre, me alegra oírlo- el rey asintió y se acercó a Zira.

–Zira, tu y yo hemos tenido diferencias en el pasado, pero si vas a ser la novia de mi hijo, lo mejor es que comencemos a llevarnos bien-

La leona sonrió de manera malévola –Estoy de acuerdo Simba- esa sonrisa molestó mucho al león mayor, pero prefirió ignorarla.

-Me alegra haber podido solucionar las cosas, ahora iré a decirles a las leonas cazadoras para que busquen el desayuno- dijo Simba saliendo de la cueva acompañado de Nala –Por cierto, pronto les daremos una cueva aparte, para ustedes, sus leonas y sus hijos, supongo que querrán algo de privacidad- Ambos asintieron ante la idea del rey.

Simba y Nala retomaron su camino -Eso salió muy bien- le comento Nala en un susurro.

-Sí, ahora solo hay que esperar- Comento Simba también en un susurro.

Kion, Zira y su familia se establecieron en una cueva al costado de la roca del rey, no muy lejos de la cueva de los reyes, la cueva era lo suficientemente grande para todos, pero no tan grande como la principal.

Los días pasaron, Kion y Zira no podían estar más felices, ahora podían caminar por todas las praderas sin que nadie les dijera nada, no tenían que cuidarse de ser descubiertos, todo simplemente era perfecto.

Kion, al igual que hacia todos los días, iba en la mañana con la guardia del león a patrullar, Zira por otro lado salía con sus leonas para hablar o pasear, por la tarde, ambos se encontraban y dependiendo de lo extenuante del día, lo hacían o simplemente se recostaban en la hierba a descansar.

Suri y Tifu se acercaron a Kovu y Vitani junto con Kiara, y ahora todos jugaban juntos, aunque claro de vez en cuando Kovu y Kiara se separaban del resto para tener sexo.

Nuka por otro lado, había comenzado a cazar con las leonas, llegando a ser este muy útil en las cacerías, algunas leonas incluso comenzaron a insinuársele, pues realmente les gustaba lo fuerte que se había vuelto, el león no podía estar mas feliz.

Zira: Redención y venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora