Capítulo 15

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Hago una mueca de dolor al sentir el trabón en mi cuello apenas lo muevo al despertar. Suelto un gruñido mientras levanto la cabeza y noto que estoy en el ¿suelo? Abro mis ojos con dificultad y en efecto, estoy sentada en el suelo. ¿Me he quedado dormida en un lugar aleatorio? Al enfocar mis ojos en mi alrededor empiezo a confundirme. Lo último que recuerdo es a Sebastián llevarme en brazos a nuestra habitación, pero ahora el panorama ha cambiado.

América, Roman, Silas y Piper están amarrados a unas bases alrededor de la habitación mientras intentan quitarse unas sogas alrededor de su cuerpo sin éxito. No entiendo absolutamente nada. Con dificultad trato de moverme, pero entonces noto que estoy amarrada con sogas contra una base también.

Empiezo a hiperventilar.

─ ¿Qué está pasando? ─ logro modular.

Me siento débil y mareada.

─ ¡Cora! ¡Has despertado! ─ lloriquea Piper.

─ No lo sé. No entiendo nada... ─ balbucea Silas.

Roman sigue intentando deshacerse de los nudos, pero cada vez parece que no llega a nada. Busco en la habitación algún indicio o algo que me explique qué demonios estamos haciendo aquí. Lo primero que noto es que nos encontramos en el sótano por la estética de la habitación y por el panorama que apenas muestran las ventanas.

─ ¿Qué demonios están pasando? ¿Dónde están los demás?

─ No sabemos. Hemos despertado así sin entender nada.

Gruño de dolor cuando trato de removerse de lugar, aunque es una tarea imposible porque apenas puedo hacer un movimiento sin sentir como la soga me aprieta más. No entiendo nada. No sé qué hacer. ¿Dónde estás los demás? Piper no ha parado de lloriquear y América no deja de maldecir.

─ ¿¡Hola!? ¡Sebastián! ¿¡Hay alguien allí!? ─ grito con fuerza.

─ ¡Ya hemos intentado gritar! ¡Nadie responde!

─ ¿Será que quieren gastarnos una broma? ─ sugiere Piper, nerviosa.

Si esa suposición resulta ser cierta, no tiene nada de gracia.

Roman gruñe antes de rendirse. Hay rastros de sudor en su rostro y el cabello se pega a su frente, tal vez fue el primero en despertar y desde entonces ha tratado de quitarse las sogas. Silas parece tener un aspecto enfermizo, la reseca le ha pegado más fuerte. En mi caso, tengo la garganta seca y el dolor de cabeza parece hacerse más presente a medida que pasan los minutos. Con estos malestares es más difícil poder comprender lo que verdaderamente está pasando.

─ ¡Kevin Forbes más te vale que esto no sea una estúpida broma porque no tiene nada de gracia! ¡Sáquennos de aquí!

Silencio.

La cabaña © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora