❝Todo amor requiere de sacrificios.❞ ➸ Anónimo.
Cora vive en constante frustración debido a su trabajo de recepcionista en una agencia de correo de su ciudad. La explotación que sufre le hace pensar en la idea de renunciar, pero no puede darse ese l...
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"¿Qué pasaría si el camino complicado y extenso, fuese la perdición? ¿Qué pasaría si al momento de que se lucha por la libertad, termina en una condenación? Ese fue el destino que le hubiese reparado a ellos si hubiesen luchado hasta el final."
Landon.
Observo la hora en mi reloj y cada vez falta más poco para que sea de noche. Evito mirar constantemente la puerta del sótano como a la vez intento abstenerme de salir corriendo y salvarla.
Sé que no debí traerla aquí, sé que no debí involucrarme en su vida y sé que no debí enamorarme. No debí hacer muchas cosas para evitar que el amor de mi vida estuviese encerrada allá abajo a punto de ser asesinada.
Nuevamente bajo la mirada para ver la hora y suspiro. Esto es una agonía. Me levanto del sillón y decido tomar aire fresco. El pórtico está solo y agradezco eso. Tomo asiento en un banco y miro la entrada del bosque con melancolía. Si todo sale según como lo he planeado, esta será la última vez que veré los pinos frondosos y el estético camino que hay entre ellos.
Desde que tengo memoria he pertenecido a este lugar, a lo que representa y a lo que oculta. Un día despiertas y eres consciente que eres parte de un grupo de personas que profesan algo muy diferente a lo que dicta la sociedad. Supe que desde el momento que mi padre me contó sobre lo que eran y lo que hacían, que nunca sería parte de ello de corazón. Mentí. Engañé. Fingí ser uno de ellos por años solo para deshacerme de sus planes. Para destruir sus legados.
Se dice que, en los tiempos antiguos, los sacrificios humanos eran ceremonias sublimes y deleitosas que efectuaban las personas para "agradar" a alguna entidad. Según ellos, les traía paz y armonía, abundancia y prosperidad. A medida que el mundo fue cambiando y las tradiciones fueron muriendo, aquella práctica despiadada había quedado en el olvido debido a los problemas morales que acarreaba con su consumación. Lo que no se sabía era que existía un pueblo que no dejó de creer en su dios y siguió practicando aquello en lo oculto.
Los siglos pasaban y las ceremonias no dejaban de cumplirse, todos los que pertenecían a ese grupo de personas debían de conseguir un sacrificio, pero no cualquiera. Sacrificio es sinónimo de pérdida, de dolor, de desligarnos o renunciar a algo que se ama o que se tiene alguna atadura a una persona u cosa. Así que Taeus ordenaba que el sacrificio para demostrarle lealtad era entregarle aquello que más se amaba. No se podía entregar a alguien del mismo núcleo, sino que se debía buscar esa alma en desgracia que tocaría el corazón de sus creyentes para luego entregárselos a Él. Y sí aquello no se llegaba a cabo, la muerte era el castigo.
Somos la undécima generación que sigue manteniendo viva esta tradición y será la última que lo seguirá. He estudiado y creado un plan para terminar con todo esto. No quiero ser parte de esto. No es justo y es una atrocidad el querer entregarle a una entidad inexistente las vidas de personas inocentes.
