Edén.
Recuerdo ese día como una brisa de primavera cuando se ha vivido un invierno caótico por meses. Se siente que vienen buenas nuevas y algo te dice que lo mejor está por venir. Lamentablemente, en mi caso eso no pasaría.
Esa tarde estaba trabajando en un set de grabación para una nueva serie para una plataforma muy reconocida cuando recibí su mensaje. Recuerdo la estupefacción cuando apenas leí el texto y tuve que leerlo varias veces para poder corroborarlo. Era Cora. Mi prima.
Al inicio pensé que se trataba de alguna equivocación y que tal vez se había confundido de persona, pero el apodo al final del mensaje me confirmó que me lo envió directamente a mí. Quería que volviéramos a conectar.
Desde su partida de Memphis, ya unos años atrás, no le había vuelto a ver y con el problema de mis tíos y ella era difícil que volviese a la ciudad. A raíz de ello, Cora se alejó de toda la familia haciendo que se le extrañase en el proceso. Habíamos crecido juntas, casi como hermanas y aunque yo era mayor que ella por dos años, eso no era impedimento para que nos metiéramos en problemas constantemente.
Ella era un poco más tímida y reservada, pero sus rizos alocados hacían que cualquiera se girase a verla y la elogiara por su belleza. Cora fue muy obediente ante las exigencias de mis tíos, en ningún momento los desafío hasta que ella creció y entendió que ellos se sobrepasaban con ella. Querían que ella renunciara a sus sueños por el egocentrismo de ellos.
Cora no soportó y huyó.
Ella no me lo contó porque sabía que yo le impediría que se fuese, sabía que les rogaría a mis padres para que la acogiéramos mientras ella veía que hacer. A Cora no le gustaba dar lástima, así que por eso decidió huir lejos del ojo público. Desde entonces nuestra relación se quebró. Apenas solíamos hablar, la última vez que escuché su voz fue cuando me contó que empezaba a conocer a un chico encantador. Nunca me dijo su nombre, pero por lo que supuse, se hicieron pareja y hasta el momento seguían juntos.
Y en ese momento la ilusión de recuperarla se encendió en mi corazón, pero a medida fueron pasando los días y su falta de respuesta, la desilusión golpeó nuevamente.
¿Fui muy estúpida al creer que recuperaríamos nuestra amistad? Al principio, lo creí hasta que Keith me animó a llamarla. Estaba aterrada, no había oído su voz en años y estaba más que nerviosa. Y fue entonces que la operadora me informó que ese número estaba fuera de servicio, es decir, que no existía más. Por un momento pensé que tal vez Cora por fin se había decidido en cambiar el número y no tener nada que ver con su pasado, pero ¿entonces por qué me envió el mensaje?
No pude sacarme ese pensamiento de la cabeza hasta que un día se lo comenté a mi madre. Justo ambas charlábamos en la floristería cuando escuché su nombre en la radio. Era la sección de desaparecidos en una radio de Colorado.
─ Cora Dorsey desapareció el veinticinco de febrero del presente año. La última vez que fue vista fue cuando dejaba a su mascota en una veterinaria para su cuidado. Personas cercanas a ellas exigen a las autoridades su búsqueda de inmediato.
Ese fue el día que todo explotó en la familia. De repente, todos recordaron que tenían una sobrina, una nieta, una prima... una hija. En mi familia existen personas que trabajan en el área policial, era de esperarse que usaran su influencia en la búsqueda de mi prima.
Todos pensábamos que podría ser algún malentendido porque Cora no desaparecería, así como así, y pueda que no habláramos lo suficiente, pero ella seguía siendo la misma chica con la que me críe. La búsqueda siguió, duró largas semanas y aunque registraron su apartamento, no encontraron nada. Ella vivía sola junto con su gata que curiosamente, la veterinaria extravió en un momento donde la sacaron a pasear. En el interior de su hogar solo encontraron papeles donde aplicaría para una beca en una universidad, sus libros y lo demás era irrelevante. No había ninguna pista.
Aunque mis tíos siguieron buscando, las pocas pistas que tenían no les ayudaban en lo absoluto. Era como si Cora se hubiese perdido del mapa. La señora Helia, quien era conocida de mi prima fue quien puso la denuncia de su extravío y era quien pasaba más atenta ante cualquier noticia referente a la rizada. Pero nunca se encontró nada.
La familia entró en luto meses después, después de buscar por tanto tiempo asumieron que Cora había sido raptada y que había dejado este mundo. No quise aceptarlo, algo me decía que esa no era la verdad entera, pero ¿cómo podía probarlo? No había vídeos, no había testigos, no había pruebas, no había nada. ¿Qué más se asumiría?
Mi tía, madre de Cora, decidió hacer un pequeño funeral con una fotografía de ella del instituto al no tener una actual. Al ver su retrato allí fue cuando pude ser consciente de que verdaderamente no volvería a ver a mi prima nunca más. Fue una noticia un tanto dura de asimilar y que dudo algún día poder reponerme de ella.
Hay momentos donde veo el atardecer e intento recordar su risa, sus gritos de emoción cuando le contaba sobre alguna nueva película romántica del momento. Cora fue una persona especial, siempre lo fue. Sea donde esté solo quiero que sepa que la extraño y espero verla muy pronto porque sé que lo haré.
Sé que ella está afuera con la esperanza de que vayamos a su encuentro.
FIN
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La cabaña © (TERMINADA)
Misterio / Suspenso❝Todo amor requiere de sacrificios.❞ ➸ Anónimo. Cora vive en constante frustración debido a su trabajo de recepcionista en una agencia de correo de su ciudad. La explotación que sufre le hace pensar en la idea de renunciar, pero no puede darse ese l...