24-Estupidamente imperfecta

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Mía
Puerto Vallarta 2020

Si nos ponemos a analizar, la vida es como un libro, está compuesta por pequeños capítulos. La mayoría no son agradables, están llenos de problemas, miedos e inseguridades, también hay algunos de suspenso, intriga e incertidumbre donde no sabes que pueda ocurrir, incluso hay otros que  se forman a partir de momentos alegres, felices, llenos de vida y rodeados por las personas que quieres. 

Desde pequeña he comprendido que no podemos dejar el libro por la mitad, no podemos atascarnos siempre en la misma página, debemos seguir y averiguar que viene después, aunque estés en un buen capítulo, donde el Sol brilla y todo es hermoso y la siguiente sea un horrible agujero negro que pueda absorberte debemos avanzar.

El sonido del claxon del auto me hizo separarme de Theo y mirar hacia el BMW negro que se estacionó en la vereda tras nosotros. Los cristales polarizados del auto bajaron lentamente, no hacía falta ver el rostro de la persona que se encontraba sentada en el asiento del copiloto para darse cuenta de quien se trataba. La señora Lucía nos dedicó una mirada inexpresiva que no logré comprender antes de decirnos una solo palabra que erizó cada poro de mi piel.

—Suban.

Tan solo eso bastó para que mi cuerpo temblara, miré al chico a mi lado y por su reacción sabía que estaba tan asustado como yo. Sin decir más subimos a los asientos traseros tomando la mayor distancia posible entre nosotros.

La señora Lucía seguía manteniendo esa mirada indescifrable en el rostro mineras nos miraba por el espejo retrovisor.

Yo solo miraba mis manos sobre  mi regazo y de vez en cuando mi vista se desviaba a Matheo para luego volver a posarse en mis manos.

Frederic también me dedico una mirada 1ir decía lo-siento y yo le respondí también con la mirada no-es-tu-culpa.

Llegamos la mansión y bajamos del coche, la señora Lucía seguía sin mediar palabra alguna con nosotros, solo le dijo al chófer que llevara sus maletas a la habitación.

Entró a la casa y se quitó el saco para dejarlo en le perchero junto a la puerta.  Se pasó una mano por su blanquecino cabello  y luego con la mirada nos ordenó sentarnos en el sofá frente a ella. 

Muchas palabras con la mirada en un solo día.

Tomamos asiento, yo moría de nervios. ¿Que se supone que le diría? ¡Hola estoy saliendo con tu nieto luego de que me abrieras las puertas de tu casa y del puto paraíso!

Mierda

El sonido de unos tacones me hizo desviar la vista del suelo y fijarme en la mujer que venía bajando las escaleras.

Doble mierda

Luciana, la madre de Theo, se sentó junto a su madre, en eso momento me percate que atrás del BMW de la señora Lucía se encontraba el Aston Martin de Luciana.

Mierda, mierda y más mierda

—Díganme que lo que vi fue solo una alucinación mia debido a mi edad. —Habla la señora Lucía con su mirada  azulada posada en mi. 

—Y-yo ... Seño-señora. — balbuceo sin sentido pero Theo me interrumpe.

—Abuela, con respecto a lo que viste, si es verdad, Mía es mi novia y le pido que no se entrometa es esto.

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