27-Tres meses. Prt 2

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Matheo
Puerto Vallarta. Febrero del 2021.

Tres meses.

Si, ya van tres meses desde que se fue.

No me dio tiempo ni siquiera a despedirme, simplemente se fue.

Ese día me quedé frente a su puerta, sintiendo mi corazón dolido con casa sollozo de su parte. 

Me quedé toda la noche con ella, acariciando su cabello haya que se durmió.

Pero aún así.

Se fue.

Sin decir nada.

Los primeros días me sentí mal. Le escribía mensaje que dejaba en visto y no respondía. También las chicas y Owen me preguntan por ella todos los días y yo... me quedaba en blanco sin saber que responderles.

Dos semanas después de su partida me plante en casa de mi padre. Ese ser despreciable al que idolatré toda mi vida, a la persona a la que deseaba parecerme. Ahora me produce un asco inmenso.

Luego de horas de discusión aceptó darme la dirección de mi verdadera madre solo con la condición de que no lo denunciaría.

Cómo futuro abogado eso dañaría mi ética, pero aunque lo denunciara no ganaría el juicio debido a que no existen las pruebas suficientes.

Según la dirección ella vivía en una ciudad a unas cuatro horas de aquí. Sin pensarlo tome algo de dinero y mi moto para ir.

Pensé encontrarme con una casa, pero no. Lo que vi desde lejos era una florería pequeña. Afuera se veía una chica de unos doce años con una cesta de rosas rojas ofreciéndolas. Me arme de valor y me acerque a la niña.

—Conoces a la señora Bianca —Le pregunté a la pequeña mata de cabellos negros.

—Bianca es mi tía, no se encuentra aquí, fue a otra ciudad a buscar flores. ¿Para que la necesita?  ¿Tu no eres de este pueblo verdad? Conozco a casi todos por aquí y a ti nunca te había visto. —Me mira la pequeña con ojos algo amenazante luego de quitar el cabello de estos.  

—Bueno —Digo algo nervioso. —Solo que quería hacerle un regalo a mi novia y me dijeron que esta era una de las mejores florerías de la ciudad.

—Si, y también la única. ¿Necesita algo más señor? Es que no tengo permitido hablar con extraños por mucho tiempo.

—Tienes razón, hay personas muy malas. ¿Puedo hacerte otra pregunta? —Inquiero

—Ya la estas haciendo señor, pero le dejare hace otra

—Por favor deja de llamarme señor, ¿sabes donde pueda encontrar un hotel donde quedarme?. Es que ya está anocheciendo.

—Cerca de aquí los hoteles son bastante caros, aunque por su ropa me imagino que podrá pagarlos. —Me explica y un brillo de enciende en sus ojos y me mira emocionada aunque algo dudosa. —Disculpe que me entrometa, no sé si será de su agrado, pero mi mamá atiende una pequeña  casa de huéspedes. —Me cuenta algo avergonzada. —El alquiler no es caro y tienes servicio de comida. ¿Que le parece ?

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