CAPITULO 3

972 154 9
                                    

Todo en casa es un caos total. Todos están consternados, mi suegra tuvo un colapso de llanto y alegría al saber que su hija ha despertado luego de 4 años en coma, y con la posibilidad de morir por su mal estado,.
La señora Lisa esta feliz, súper contenta de que su señora ha despertado,  su hermano está incrédulo, preocupado y algo feliz supongo. La casa se lleno de la familia, en este momento la habitación está llena de, primos, tíos abuelos paternos. Todos celebran, todos dan gracias a dios, por el increíble milagro de la vida de FREEN.
Hasta el mismo doctor no puede creer lo que acaba de suceder, El mismo dejo muy en claro que su salud era delicada y que nos prepararámos para lo peor, pero ahora luce atónito, chequeando a FREEN, quien me mira con sus ojos de halcón, dispuesto a clabarme sus garras en el cuello.

Estoy al final de la habitación, alejada de todos, casi alado de la puerta, para correr si es  necesario.

Ella se encuentra sentada en la cama, con su espalda recta recostada en el espaldar acolchado, a pesar de que todos le hablan, y ella responde con una calma que aterra, no ha despegado su mirada de mi, al punto de hacerme sentir temor.

Podría estar feliz por ella, por que al final es un ser humano y pudo superar la muerte. Podría estar contenta, al menos, por que el doctor ha dicho que esta en perfectas condiciones, que vastaran terapias y cuidado, para volver a ser la mujer de antes. Podría almenos sonreír aliviada porque su tormento a acabado, pero no puedo hacerlo. No cuando me mira con semejante odio dándome a entender, que Apartir de hoy, comenzara mi infierno.

-¿Tu quien, eres?.

Su pregunta es directa, fría y sin rodeos.

Todos los presentes voltean a verme, haciéndome sentir pequeña. Quisiera hablar con ella como lo he estado haciendo mientras estaba inconsciente, pero no puedo, las palabras se me atoran en la garganta porque estoy aterrada. La mujer frente a mi, a pesar de tener un semblante sereno, exuda peligro.
Se nota que es una mujer que es mejor tener como amiga que como enemiga.

- Yo... yo soy rebeca - me aclaro la garganta para continuar - Soy, Rebeca, tu esposa.

Desconozco si debía dar esa información tan fuerte a alguien que acaba de despertar de un coma, pero no pienso, no razonó si soy imprudente por que su mirada oscura hace estragos en mi.

Siento que el aire me falta.

Me mira sin decir una palabra, todo queda en silencio sepulcral, que hasta podría oirse un alfiler caer.

- Fuera de aquí - ordena.

Me quedo con mis pies enterrados en el suelo sin dar crédito a su orden. La miro impasible, sintiendo justo ahora lo que siente por mi :desprecio.

Yo estuve con ella durante un año, a pesar de que mis intenciones no son las más sensatas, yo por un largo año le he hablado, la he arropado en las noches, la he peinado, le he leído libro y cantado algunas canciones que coloco en mi móvil. No la quiero, pero tampoco fui una mala persona como para tratarla como un objeto inerte. No puedo creer que me eche de aquí, sin siquiera dignar se a conocerme un poco.

-¿acaso no me has oído? ¿O necesito llamar a uno de mis hombres par que te desaparezcan de mi vista? - pregunta sereno.

Levanto mi mentón, no dejándome intimidar por el peligro que emana de ella, Aun que por dentro, estoy muriendome del pánico.

- No es necesario, yo misma saldré - digo sin bajar mi cabeza.

La señora Lisa se me hacerca y no duda en tomarme del brazo.

Nunca dejo de mirarlo, hasta que me toca darle la espalda y salir de la habitación. Mis manos Sudán, siento el temblor en ellas. La mujer acaricia mi espalda, diciéndome que no debo de temer, que su señora FREEN es una buena persona, y que debo de comprender que acaba de despertar de un fatídico coma.

UNA JOVEN ESPOSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora