El sofá blanco del chill out me engulló con fogonazo de luz incluido, y a mí no me dio tiempo a cerrar los ojos. Estaba volviendo a nacer, casi podía oler el antiséptico del hospital. La luz desapareció al poco, y lo primero que vi fue mi librero. Loki estaba caído de cara a la balda. Bajé la vista a mi mano, tenía el reloj sujeto con fuerza. No había ni rastro del recuerdo de la tía abuela Rosa. Me levanté y puse bien el funko. Me temblaron las piernas en cuanto lo toqué.
—¿Te has aclarado? —Salto de Kung fu Panda a lo David Bisbal.
No ganaba para sustos, y mira que a mí, por mi currículum de películas, series y libros de terror, es difícil asustarme. Levanté el reloj a la altura de mi cara e hice un mohín que decía claramente: los huevos.
—Piensa un poco, querida, no esperes que te lo dé todo masticado. Estoy aquí para ayudarte no para darte te las respuestas —me riñó el recuerdo.
No dije ni mu. Sonreí de la manera más falsa que sabía, dejé el maldito relojito sobre la mesita de noche y me puse a apañar la cama. No me preguntes por qué. Arreglando la bajera me puse a pensar en cómo conocí a Javi. Eran las fiestas de mi pueblo, nuestras amigas de la FP de peluquería vinieron a visitarnos y yo estaba más contenta que unas castañuelas. No como para darme una pálida, pero sí en toda mi salsa de divineo y ridiculez. Una de las chicas se trajo a una amiga, y esta venía acompañada de Javi. Resulta que era su folla amigo. A Bea, la chica de la que te estoy hablando, Javi le resultaba un intensito encantador, pero él le daba largas todo el tiempo. Nunca tenía tiempo para ella, cuando lo sacaba y estaban juntos, evitaba besarla si no era estrictamente necesario. Un Ángel 2.0, para que me entiendas. Se nos presentó a todas como su amigo y nos dijo que más tarde vendrían dos colegas suyos. No me cayó bien de primeras, pero si una amiga de mi amiga quería con él yo iba a ser su celestina. Estuve pico y pala toda la noche hasta que se liaron en mi cara, pero acabaron peleados porque Bea bailó con un chico que no conocía de nada pero bailaba bachata como Dios. Bailaron Mi Corazoncito de Aventura, un temazo de agárrate a la primera persona que pilles y menéate como si fueras un profesional (no vayas a tomarte esto literal que después vienen los bofetones y los insultos por no pedir permiso).
—He dado un paso importante con ella para nada, y tú tienes la culpa. Me debes una —me dijo enfadado antes de marcharse de la caseta.
Y ya está. Así empecé a quedar con él. La que le debía se la cobró con unas tapas y un par de cervezas que pagué yo, por su puesto. Una cosa llevó a la otra y acabé presentándoselo a mis amigos y llorando por él en fin de año. También te digo, señales de que Javi era un celoso enfermizo había, pero yo no quería verlas. Añado leña al fuego del chisme. La última vez que lo bicheé llevaba tres años con una chica muy guapa, muy rubia y con los labios muy gruesos. Era muy de todo, hasta muy jovencita para él. El amor no entiende de edad, lo sé, pero para mí tiene sus límites. ¿Qué hace un chico de treinta y un años con una de veinte? A ver, que empezó con ella cuando la chica tenía diecisiete y él veintiocho. ¡Qué se activen las alarmas! Además, tenía publicaciones en Instagram y Facebook muy raras. Daban a entender que mínimo lo habían dejado cuatro veces en estos tres años. Por lo menos, para mí, es sospechoso que él subiera una foto suya en chinos y camisa, sentado en el mirador de San Nicolás con la Alhambra de fondo y la descripción: volver con una ex que no te valoró es como ducharte y ponerte la ropa sucia del trabajo. Como también lo fue que borrara la publicación que ella resubió de cuando apenas llevaban seis meses como pareja bajo el comentario "cuando eras romántico conmigo".
—Me he aclarado —dije mullendo, como guinda del pastel, la almohada—. No tuve que haber accedido al uso exclusivo del pintalabios.
Un inciso, ¿he comentado que esta aventura a través del tiempo la realicé en pijama? ¿No? Yo creo que sí, pero por si acaso lo corroboro. Visité a mis siete exs y a todos mis yos con un pijama de margaritas rosas y verdes que me regaló la tía abuela Rosa. Continuo.
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Un viaje al centro de mis latidos © #PGP2024
RomanceUna chica que no supera a sus ex... Un antiguo reloj de bolsillo con una inscripción mágica en el reverso... Y una oportunidad para descubrir el verdadero significado de las palabras amor y presente. © Todos los derechos reservados. Prohibido el pl...