Capítulo 8

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-Di un paso hacia delante alejándome de él para poder concentrarme y abrir la puerta. Por fin la pude abrir y pasamos dentro de la habitación.

 Al entrar, Juanjo cerró la puerta detrás de nosotros, conectó su mirada con la mía y me cogió de la cintura con una mano pegándome bruscamente a la puerta- cuenta Martin. 

-Ay dios no sé si quiero que sigas contándonos- dice Ruslana. 

- Sí, que siga, estoy super invested- dice Chiara.

Martin les hace caso y sigue. 

-No os voy a mentir, me puso super cachondo que me cogiera así de la cintura. Yo estaba que no encontraba el aire para poder respirar. Cuando me tuvo pegado a la pared, puse mis manos en su nuca arrimándolo a mi. Estábamos casi rozándonos con los labios pero no quería ser yo quien diera el paso. Así que levanté la cabeza acercando mi boca más a la suya y dejando salir un pequeño quejido. Por fin pegó su boca con la mía, cogiéndome todavía más fuerte de la cintura, yo pasé mis manos de su nuca a su cara para poder intensificar el beso-

Martin traga saliva y sigue contando. 

-Nunca había sentido tanto fuego con nadie en un primer beso. Fue una locura, no tenía suficiente, quería más todo el rato, no habría parado ni para respirar. Sentía que todo dentro de mi estaba en llamas y aun así necesitaba seguir besándolo para que me quemara más fuerte. 

Bajé mis manos a sus hombros y después a su pecho mientras que él aprovechó para cogerme del cuello con una de sus manos. Dios mío ahí si que ya no pude más. Me temblaron las rodillas y él seguramente lo notó porque quitó su agarre en mi cuello y volvió a cogerme de la cintura pero esta vez me levantó para llevarme hacia la cama. 

Cuando estuvimos cerca de la cama se paró y me dejó otra vez en el suelo. Esta vez fui yo el que tomó la iniciativa y lo empujé levemente, de forma que entendió que quería que se sentara en el borde de la cama. 

Cuando se sentó lo miré desde arriba. Nos quedamos mirándonos un segundo hasta que pasó su mano por mi cadera y tiró de mi haciendo que me sentara encima de él. 

Volvimos a besarnos, cada beso era más largo, más intenso y más sucio. Mi respiración era cada vez más agitada y de repente noté como mordía mi labio al final de un beso y se quedó unos segundos tirando de mi labio inferior con sus dientes. Y puede que él no lo supiera pero esa es una de mis debilidades. Dejé escapar un gemido, aceptando que ya no podía aguantarlo más.

 Soltó mi labio y yo bajé mis manos a su abdomen para intentar quitarle la camiseta y subir todavía más la intensidad. Necesitaba sentirlo piel con piel. Entendió lo que quería y me dejó quitarle la camiseta. 

Pero justo cuando ya había tirado la camiseta al suelo, volví a mirarlo a los ojos. Y ya no se veía igual. Se veía ¿Paralizado? No sé, no podía ver ni una expresión en su rostro- sigue Martin. 

-¿Qué?- pregunta Chiara extrañada.

- Pues eso pensé yo, que qué coño había pasado. Me separé un poco y le pregunté si pasaba algo. No me contestó ni siquiera me miró. Tenía la mirada perdida en algún punto de la habitación. De repente tocó mi pierna intentando quitársela de encima, quitarme de encima. Antes si quiera de darme tiempo a levantarme de encima suya, se puso de pie dejándome algo inestable en la cama.

 Y decía "No puedo, no puedo lo siento, no puedo" yo lo miraba intentando entender algo de lo que estaba pasando, ¿Qué había hecho mal? ¿Lo habría incomodado? 

No tuve tiempo de preguntarle nada porque cuando me quise dar cuenta ya se había puesto la camiseta y estaba en la puerta a punto de salir. Antes de que se fuera intenté pararlo y le dije "espera, Juanjo, ¿Qué ha pasado?" Él ni siquiera me miró antes de salir. 

El roce hace el cariño---Juantinot2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora