Capítulo 12.

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Louis no se sentía real a cada paso que daba, cuesta abajo escaleras que apenas recordaba haber subido. No podía culpar al alcohol, apenas había bebido. Su mente se había quedado en las mullidas sábanas, el calor de la piel de Harry, aquel color verde enfriándose, en compás con sus finas facciones rígidas, encarando al techo, no a él. Lo llamó "Louis", sin socarrón sarcasmo o pronunciación adrede de la "s". 

Los fervientes latidos de su corazón lo instaron a mirar arriba cuando ya estaba en el último peldaño. Un impulso le gritó que subiera, se lo comandaba en cada instante de su respiración, como si su acelerado pulso tuviera la capacidad de pronunciar un nombre. Ese nombre.

Se retractó al sentir el barandal en su mano nuevamente. Siguió su camino al punto de reunión con Henrietta, repitiéndole sin parar a esa jodida voz que no lo haría. No había nada que les quedara por decir; Louis no se rompería primero. No podría, ni aunque quisiera. 

En ese tumulto de personas enmascaradas, él ya no portaba un antifaz, pero no se sentía liberado por ello. El frío arrasó violentamente al contacto con su pecho descubierto, erizó su piel, coordinado con el viento nocturno que le revolvió el cabello, quizá más del desastre que ya tenía antes de salir.

Quedó de frente a Henrietta y ambos dejaron caer sus mandíbulas, estupefactos. El lapiz labial de la joven se había corrido hasta su barbilla.

—¡¿Qué hiciste?!—se interrogaron al unísono.

—Oh, por Dios,  ¡era eso lo que se escuchaba en el teléfono! ¿Ya te viste la cara? Estás embarradísimo de..., espera un segundo, conozco ese gloss, es...—Henrietta se adelantó a completar, acercándose un poco más, examinándolo con la vista. Sus ojos se agigantaron en pleno boqueo escandaloso—. ¡Oh..., o-oh, mierda, ¿es de...?! 

—¡Shhhhh!—le cubrió la boca con una mano, sin embargo, ella balbuceó grititos de queja y aventó su muñeca.

—¡E-Estabas con..., con un demonio, tú de verdad estabas...!

—Nos vamos—irrumpió, dirigiéndose a la puerta.

Henrietta corrió tras él hasta estar a su lado, Louis intentó evadir su mirada al acelerar el paso, pero ella lo alcanzó una vez más. Exhaló pesadamente en cuanto estuvieron dentro del auto, el cual arrancó de inmediato.

—¡Dijiste que lo odiabas!—acusó Henrietta.

—¿Estuviste con Max?

—¿Qué? ¡No, ella probablemente está con Niall, al lado del cuarto en el que te encerraste con Harry!

—No estaban ahí.

Mierda, habló sin pensar.

—¡Ajá!—gritó.

—...no es lo que parece—Louis negó, titubeante—. Y si no estabas con Max, ¿con quién? ¿a qué te referías con que hiciste una estupidez?

—Fui dramática, sólo besé a una aleatoria cantidad de personas en el juego de botella, tú definitivamente fuiste el de la estupidez mayor—desvió.

—Sé lo que piensas. No estamos juntos..., no de esa manera...

—¡Te acuestas con el hijo de Jack, Louis, Jack Styles, ¿estás consciente de lo que ese nombre significa?!—lo cortó bruscamente.

—¡Se me salió de las manos!

—Me queda claro que así fue, ¿q-qué diablos...? 

—Júrame que no lo repetirás delante de alguien más—espetó él—. Eso incluye a Luke.

—Por supuesto que no lo contaré, no tengo intenciones de mandarte a la horca—sentenció—. Aún no me lo creo, es que..., ¿c-cómo...? ¿Él te gusta?

Angels Like Him | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora