Instituto Para Rebeldes || Sungsun & Jaywon

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Las luces neón iluminaban apenas el lugar contrastando con la oscuridad, era el ambiente perfecto para los dos diablillos que buscaban diversión esa noche aún y cuando sus guardaespaldas estaban volviéndose completamente locos buscándolos allá afuera.

Bailando el uno con el otro mientras sus manos tocaban el cuerpo del otro con pasión y sensualidad, ellos no sabían disimular en lo absoluto, al contrario, les gustaba la atención de los demás en ellos, les gustaba llamar la atención porque sabían que lo hacían y es que ambos eran hombres realmente hermosos, con figuras delgadas y esbeltas

Habían ojos sobre ellos, unos deleitándose, otros brindando por la maravillosa vista que tenían, otras de repudio y envidia por ser hombres quienes llamaban la atención y no ellas, algo un poco loco, pero sin duda satisfactorio para ambos mejores amigos.

Sunoo metía las manos bajo la camisa de Jungwon recorriendo su abdomen plano subiendo su mano hasta su pecho mientras el otro seguía moviendo su cuerpo echando su cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro de su mejor amigo quien aprovechó de acercar sus labios al cuello de Jungwon dejando un húmedo y lento beso en el, Jungwon bajo su mano deslizandola desde el cuello de Sunoo hasta su cintura, con lentitud y precisión mientras restregaba su trasero de un lado a otro en la entrepierna de su amigo.

Dirán que era un show un poco erótico pero ambos sabían porque y para quienes lo hacían, pues ambos ya tenían a sus víctimas esa noche, mientras Sunoo miraba a la barra a un chico aparentemente joven quizás de su edad o un poquito mayor por su altura y masa muscular pero con un físico de puta madre, Jungwon se iba más por aquel hombre seguramente mayor que el por mucho, que estaba en una de las zonas vip con un traje negro ceñido al cuerpo delgado pero con músculos y sin mencionar el bulto en entrepierna ni sus ojos que no se despegaban de los de Jungwon.

Será una noche divertida.

Y la última en la que harán travesuras...

La música paró y con ella los dos chicos de cabellera oscura, riendo pícaramente se dirigieron a su zona VIP

—Admito que eso fue divertido y excitante—menciona Jungwon divertido mientras ambos se sientan en sofá terciopelado negro jadeantes y cansados, llevaban más de una hora bailando en esa pista.

—Quiero un trago

Miran su mesa en dónde varios tragos vacíos estaban y con señas llaman a una de las meseras del lugar.

—¿Qué quieren?—dice la mujer con cierta molestia hacia los chicos.

Esa perra no tenía ni idea de con quiénes se metía.

—Dos brandys y que quites la cara de perra frustrada a la que nadie quiere coger por favor—dice Jungwon echando su cabello un poco sudado hacia atrás y provocando una leve risa en Sunoo.

—¿Quien mierda te crees? —la mujer se acercó con intenciones de golpear a Jungwon pero justo ahí es donde Sunoo entra

Porque uno es bueno insultando y el otro dando golpizas, un dúo dinámico.

—Quieta ahí perra, si no quieres que te arranque las extensiones baratas que tienes en tu vacía y estúpida cabeza —Sunoo se levantó quedando frente a ella y cubriendo a Jungwon

Nadie lastima a su bebé, no señor

—Son unos...

—¿Todo bien por aquí?

Uno de los guardias del lugar se acercó percatándose de la tensión que había, decidido a sacar a cualquier cliente que estuviera molestando a la chica, pero este al ver la cara de los clientes supo que los planes tenían que cambiar

—Si, está señorita no es nada profesional, no sabe atender a sus clientes—Dijo Jungwon mirando sus uñas con desdén, como si fuera el Rey del lugar

—¡Eso no es cierto!

—¿Lo estás llamando mentiroso?—Sunoo se acercó más a ella intimidándola con su mirada mientras Jungwon ponía una mano en su pecho luciendo ofendido

—Oh no disculpen me haré cargo de la señorita, ustedes por favor disfruten su noche.

—¿Que? Pero...

—Tendré que decirle a mi padre que uno de los bares a los que distribuye es un completo bochorno porque tiene empleados groseros, no creo que sean merecedores de nuestros licores —aún con la mano en el pecho Jungwon se dirigió al hombre

—¡por favor discúlpenos joven Yang no volverá a pasar! Me encargaré de que tengan la mejor atención y los licores serán gratis el resto de la noche

Ambos jóvenes sonrieron

—Muy bien gracias

Sunoo se sentó cruzando sus piernas mientras veía como el de seguridad se llevaba a la mesera a rastras del lugar

—Tu padre nos matará

—Sí pero qué más da

Sunoo rio y miro su reloj, ya llevaban casi tres horas en el lugar, era cuestión de nada para que los encontrarán y aún más después del incidente que acaba de pasar pues seguramente el dueño del lugar se comunicaría con el señor Yang para pedir disculpas revelando que ambos jóvenes estaban en el bar

—Es hora, pasemos a lo siguiente—Sunoo miro al chico que se levantó de la barra aparentemente caminando hacia su dirección, Jungwon se percató de lo mismo y sonrió levantándose para tomar sus cosas haciéndole una seña al hombre que aún lo veía con lascivia y deseo

Para luego mirarse entre ellos sonriendo

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Los fuertes choques de piel se escuchaban en la gran suite y no era para menos, cuando en la misma habitación ambos saciaban su sed de sexo por qué si, eran unos jodidos amantes del sexo.

Mientras Jungwon era penetrado con fuerza causando gritos de placer que llenaban la habitación

Sunoo estaba arrodillado frente a aquel hombre de ojos claros mientras gemía con el miembro en su boca.

La noche parecía tener un buen cierre para estos chicos.

Pero...

—Yang Jungwon y Kim Sunoo, salgan de ahí, sabemos que están aquí.

Ambos se miraron

Mierda...