Sweet Night

Después de la fiesta - Capitulo XII

Min Yoongi.

No sé había ido con la rubia únicamente. También habían invitado a un chico de piel color canela y ojos dorados, como los de un zorro, hermoso. No lo conocía de antes, había ido a acompañar a un amigo y terminaron haciendo migas.
Los tres.
Él pagaba mensualmente una de las habitaciones vip en el Hilton para tenerla disponible siempre que se quisiera presentar. La reserva era total y caía allí bastante asiduamente.
Ya había estado con la rubia, así que conocía a la perfección su cuerpo y que le gustaba en cada momento. Sin embargo, fue muy erótico descubrir a ese chico.
Los tres estuvieron parte de la madrugada después de la fiesta hasta el amanecer en un entrevero de cuerpos y sábanas.
El cansancio le ganó y quedó dormido unas horas, cosa que jamás hacía, pero la euforia y la excitación hicieron que su cuerpo apenas se relajara terminara agotado por completo.
Cuando despertó la rubia ya se estaba tomando los vientos, lo clásico. El moreno aún seguía a su lado pero lo despertó para darle tiempos de una ducha y afuera. Cada uno saldría por separado y el bajaría un rato después en su auto que estaba aparcado en el estacionamiento del hotel.
Le dió un pequeño beso en la comisura y recorrió con sus dedos su piel observándola, erizandola al tacto. Hermoso.

Se levantó, se despidió de la rubia y se encaminó al baño a darse una ducha.
Segundos despues de estár bajo el agua tibia sintió unos pequeños golpecitos en la mampara. Era el moreno que lo miraba con sus ojos salvajes reclamando la atención que repentinamente le había dejado de dar. Le hizo un gesto ladeando la cabeza y regalándole una media sonrisa lo invitó a entrar. Entonces, si lo pudo disfrutar solo para él.

*********

Se negó a que lo llevara a su casa y no insistió. Prefirió un taxi.
Mientras subía a su auto pensó en que ni siquiera le había pedido un teléfono, pero ya se reencontrarian. Esas cosas simplemente se daban.

Se colocó los lentes negros, puso música y comenzó a cantar mientras golpeaba el volante con la mano.
Estaba felíz.
Su cumpleaños había salido bien, la gente se había divertido, había pasado una noche excelente. ¿Qué más podía pedir?

Faltaba una hora para el mediodía aún , así que optó por pasar por un café y luego vería que hacer. Seguramente descansar, leer algo para el nuevo artículo, no pensaba ser muy productivo el resto del día.
Ojeó el celular, y solo tenía un mensaje de Tae el cual no necesitó abrir para saber que decía. Había pasado toda de la noche fastidiando con que lo llevara al casamiento, y así lo iba a hacer. Pero no sé lo iba a decir aún. Era divertido ver cómo lo trataba con tal de obtener ese favor.

Se bajó en la primera cafetería que encontró. Se pidió un Americano largo y una dona sin glaseado. "Aburrido" le dirían sus amigos pero poco le importaba .

Respiró profundamente. El día estaba soleado, pero aún la primavera no se había instalado del todo así que aún estaba un poco frío. Ideal. Había dicho por lo bajo. Bebió un poco de café que le devolvió un poco la vida al cuerpo y cuando se disponía volver a su auto una figura llamó su atención.

Venía caminando por la acera del frente cargado de cosas que apenas se le veía parte de la nariz y los ojos. Pero sabía perfectamente que era él.
Pasaron apenas unos segundos mientras se debatía entre cruzar o no y cuando lo hizo, se debatió entre si debía ser casual o no.
No terminó de decidirse cuando lo llamo por su nombre sin ningún tipo de formalidad.

- ¡Hoseok!

El aludido se volteó con algo de dificultad y en el proceso volaron algunas naranjas por el suelo. Otra persona que por allí pasaba lo ayudó juntandolas ya que él solo las miró rodar tomando un sorbo de café.
No lo hizo por mala persona, simplemente ni siquiera se le pasó por la cabeza hacerlo porque ya estaba pensando en lo siguiente que diría.
Hoseok agradeció a la persona que lo ayudó pero tan pronto como le sonrió a su interlocutor por encima de la bolsa sus cosas peligraban en caer nuevamente.