IX -Suck It And See

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Suck It And See,

Iba a matar a Theodore Nott. Era un Slytherin, y me lo podía llegar a esperar, pero, ¿a un niño? ¿Quién insultaba a la madre muerta de un niño? de mi niño.

No podía haberlo ido a buscar esa noche, tendría que entrar en las mazmorras y en su habitación, y por muy enfadada que estuviera no podía hacer eso. Pero para mi suerte, sabía exactamente dónde estaría la mañana siguiente, porque habíamos quedado para hacer el trabajo juntos.

Me dirigí a la biblioteca con el ceño fruncido y los pasos firmes. Abrí las puertas de par en par, y busqué con la mirada donde estaba, y lo encontré con un libro, pergamino y hoja, sentado aburrido en un rincón y caminé hacia él.

Cuando me vio no se debió de haber fijado de mi cara, porque abrió el libro, pensando que solo íbamos a trabajar.

Ciao, bella, no nos queda mucho, solo... ―pero no lo dejé acabar, y que dijera lo que fuera que había dicho en italiano me hizo enfadar más.

―¿Cómo te atreves a decirle eso a mi hermano? ―le corté, cruzándome de brazos enfrente de él, quien levantó una ceja. Solo llamaba a Carl mi hermano cuando me convenía, pero nunca delante de él o mis padres.

―Baja la voz, ¿de qué hablas?

Tenía razón, cuando había hablado había levantado la voz y estaba recibiendo miradas de todos los de la biblioteca, pero mi enfado era aún más grande y no bajé la voz.

―Sabes perfectamente de lo que hablo, Nott.

Le miré profundamente a los ojos, intentando darle una mirada que esperaba que si las miradas pudieran matar, la mía lo haría, pero él solo se veía confuso, hasta que pareció que unía las cosas en su mente y levantó las cejas.

―¿Carl Fisher es tu hermano? Pero no... ―me miró de arriba a abajo, incrédulo.

―Pues lo es―levanté la cabeza y subí y bajé las cejas. Me di cuenta que hice lo que Malfoy siempre hacía.

―Ah... pues no sabía que lo era. Si lo hubiera sabido no le hubiera dicho que tu madre... ―se parecía arrepentido, pero no me bastaba, solo estaba arrepentido porque creía que era mi madre también.

―¿Qué más da que lo hubieras sabido? No tenías ningún derecho a decirle eso, aunque no fuera mi hermano estuvo mal lo que hiciste.

Él tensó la mandíbula y apartó la mirada.

―Perdón ―se encogió de hombros.

―No quiero que te disculpes a mí, discúlpate a él.

―Pss ―sonrió de lado, como si lo que hubiera dicho fuera estúpido y negó con la cabeza―, no lo pienso hacer.

―¿Por qué no?

¿Por qué a mí sí y a él no?

―No me disculparé con un niño, además, él estaba insultando a otro ―se defendió―, y de verdad, baja el tono.

―¡No me digas que baje el tono!

Recibí muchos chss del resto de gente de la biblioteca, y en otras circunstancias me habría importado y me habría sentido avergonzada, pero esta vez no. Theodore puso los ojos en blanco.

―Quiero que te disculpes con él ―volví a exigir, unos tonos más bajo.

―¿O sino qué? ―levantó una ceja, cruzando los brazos encima de la mesa.

―Se lo diré a un profesor.

Él se rió burlonamente y negó con la cabeza.

―¿En serio vas a caer tan bajo? ¿Te vas a chivar como una niña pequeña? No querrás ser una soplona.

Brainstorm -Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora