IV -Potion Approaching

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Potion Approaching


―¿De verdad le echaste quitamanchas en la cara? ―preguntó Gracie, riéndose junto a Lexi y Lydia.

Yo había vuelto a mi habitación después de terminar el castigo, y les había dicho a las chicas con las que compartía cuarto lo sucedido. A ellas les parecía muy gracioso, pero para mi había sido una pesadilla.

―¿Pero por qué? ―quiso saber Lexi. ―¿Qué te hizo?

Suspiré, quitándome la camisa y poniéndome la parte de arriba del pijama, preparándome para dormir y que aquel largo día acabara de una vez. Tardé unos segundos en contestar, pensando en si debería decirles lo que Nott me había dicho o no. Opté por la segunda opción.

―Simplemente dijo algo que me molestó, no es la gran cosa.

―¿Entonces has hecho que te castiguen sola toda la semana por algo que no es la gran cosa? ―dijo Lydia.

Ella estaba sentada en la cama de Gracie, mirando al techo, pensativa. Gracie estaba en el baño, con la puerta abierta, desmaquillandose a la misma vez que escuchaba la conversación. Por último, Lexi estaba sentada de piernas cruzadas en su cama, mirándome y queriendo escuchar más de la "divertida" anécdota.

―Bueno, no estaré sola ―recalqué―. Como Nott estaba fumando, McGonagall lo ha castigado también.

―Oh, ¿osea que vas a estar a solas con un chico todas las noches? ―dijo Gracie divertida alargando el Oh.

Yo puse los ojos en blanco y me senté en mi tocador, empezando a hacer una trenza con mi pelo para dormir. Era rizado, así que la forma más cómoda para dormir en él era haciéndome una o dos trenzas. A veces también dormía con un bonet de seda, pero como tenía el pelo largo y mucha cantidad, además que me movía mucho por las noches, por la mañana el bonet se había quitado completamente de mi pelo.

―No estarán a solas, McGonagall estará ahí ―le recordó Lydia.

―¡Lydia no arruines la diversión! ―se quejó Gracie divertidamente.

―Tampoco es que íbamos a hacer nada ―respondí yo.

―¿Por qué no? Es guapo.

No podía negar eso, era cierto que era atractivo. Sobre todo sus ojos, en los que me podía perder y desear no salir nunca. Eran como un imán y yo era un metal. Oh, y su voz también era muy atractiva.

Rápidamente fruncí el ceño a mi espejo, ¿por qué estaba pensando eso? Me caía mal, fumaba, era irresponsable, Slytherin, un pervertido... Theodore Nott no tenía nada de atractivo.

Claro que no, ¿verdad?

―Es un Slytherin, son malos ―contestó Lexi.

Los Slytherins estaban prohibidos para nosotras, incluso para Gracie, que era la que más ligaba. Ninguna había estado nunca con un Slytherin -tampoco era que Lydia o yo hubiéramos estado con alguien-. Y, aunque estuvieran prohibidos o no, nunca estaría con Nott.

No estaba muy descansada por la mañana, así que, en nuestra primera clase del día, Herbología, seguramente parecía un zombie. Era una clase que compartía con todas mis amigas, y, hasta ese momento no me había dado cuenta que también la compartía con Nott, quien se veía mucho mejor que ayer cuando tenía los ojos rojos por el quitamanchas.

A su lado estaba Travis Mulciber, él era otro Slytherin, había repetido curso, y honestamente no sabía que eso se podía hacer en Hogwarts hasta que llegó él.. Aunque no era amigo del grupo de Nott -él se juntaba con Adrien Pucey y Marcus Flint-, era básicamente lo mismo. Un bully supremacista de sangre. Además se metía mucho en líos y solía hacer bromas, pero no como las de los gemelos Weasley, no. Las que él hacía eran locuras.

Brainstorm -Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora