Capítulo 1 [Iniciando un largo viaje]

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Maya: Quieto ahí. No tienes por qué hacer esto. -Le dice a un hombre desaliñado con un arma en la mano.

Andy: Entendemos que esta... que este evento te moleste pero no te condenes para siempre.

Hombre: YO YA ESTOY CONDENADO, PERO SI VOY AL INFIERNO NO IRÉ SOLO.

- ¡NO! -Gritan todos los chicos del 19 acercándose al hombre para levantarle el brazo.

INSTANTES DESPUÉS.

Todo se ha vuelto un caos, la sillas vuelan, la comida esta esparcida por todas partes y las decoraciones festivas están destrozadas, mientras, Maya se apoya sobre una mesa tumbada tratando de recuperarse, con una herida con sangre seca en la cien, sangre en la comisura del labio, el pómulo derecho inflamado y ah, claro, tiene tremendo vidrio clavado en la palma de su mano derecha.

Maya: DIOS, AHHHHH.

Travis: Tranquilícese por favor. -Se escucha de fondo.

Maya camina entre el caos buscando la salida del lugar tomándose de la muñeca derecha con la mano en alto para no mover mucho el vidrio.

Pero su vista se empieza a nublar mientras avanza...

INSTANTES DESPUÉS.

Maya ve todo borroso pero distingue las enormes luces del techo como las típicas de un hospital, y porque dicho techo estaba pintado de azul claro y las paredes parecían blancas, pero no estaba segura, escucha una conversación de fondo pero acto seguido todo se vuelve a fundir en negro...

TIEMPO DESPUÉS...

Solo se puede apreciar el incandescente sol que brilla con tanta fuerza que encandila y a su al rededor vuelan lo que se puede distinguir por su distintivo color negro como buitres carroñeros, uno desciende el vuelo y baja hasta la arena, otros se posan sobre algunas piedras rojizas cercanas, al lado de la más grande se encuentra un animal muerto y junto a él se ve un zapato de fiesta arruinado y en frente suyo una mujer tumbada, Maya Bishop.

Desarreglada, ensangrentada y moreteada, además de algo quemada por el sol, inconsciente. Empieza a abrir los ojos y con mucho esfuerzo consigue abrirlos lo suficiente para podrr ver, su aturdimiento no tiene nombre, siente como si mil camiones le hubieran pasado por encima, le duele demasiado la cabeza pero más la mano derecha, gira la cabeza lentamente para poder mirársela y distingue con su visión todavía nublada unas vendas ensangrentadas enrolladas al rededor de ella de mala manera, cada vez entiende menos.

Trata de reunir fuerzas para levantarse pero solo consigue ponerse de costado apoyándose en su codo, por lo que inevitablemente ve de frente y a escasos centímetros como los buitres devoran el cadáver del animal, lo que le provoca tales nauseas que acaba vomitando en la arena y debe apoyar su otro codo para no caer sobre su propio vomito, manchando ambas mangas las cuales sin duda habían tenido días mejores.

Aunque soltar todo lo que tenía dentro no la hizo sentir mejor, su confusión aumentaba a cada segundo, levanta la mirada y sentandose sobre sus piernas mira a su alrededor y al no reconocer el paisaje trata entonces de recordar que pasó, pero su mente esta en blanco y tampoco quiere forzarlo, le dolía demasiado la cabeza si quisiera para hacer ese esfuerzo. La cabeza, el cuerpo y hasta el espíritu. 

Solo quería encontrar civilización y preguntar para obtener respuestas. Así que ahora sí, consigue levantarse no sabe ni como y emprende camino arrastrando los pies, yendo lento pero seguro, con la boca seca y las pulsaciones aceleradas. Se pierde en el horizonte y después...

EN EL PUEBLO MÁS CERCANO.

Maya llega toda demacrada, polvorienta, sucia, con la ropa muy rasgada, y manchada de sangre hasta en los pantalones y zapatos.

Station 99 | Historia de Estación 19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora