Volumen 1: Capitulo 25

76 16 2
                                    

Desperté en… eh, ¿soy una murciélago?

Capitulo 25:

Una mujer extraña está hablando. Tiene una voz indescifrable, parece entrecortada, pero se escucha bien a pesar de eso. Por la interferencia no puedo determinar su edad, pero estoy segura de que es una mujer. ¿Quién es esa mujer? ¿Cómo sabe el nombre que uso en el mundo de fantasía?

"Me sorprende que ya hayas llegado a este momento. Sabía que llegarían a esta etapa, pero no pensé que sería tan pronto. Esperaba que tardaran más, pero esto es sorprendente y divertido. Incluso hiciste que me apresurara y todo para poder hablarte, por eso me demoré."

Uhhhh… No entiendo nada. ¿De dónde salió esta mujer? Habla como si me conociera y, por si fuera poco, siento que hablar con ella no me llevará por buen camino.

"No quiero decir nada, Murci', pero puedo saber lo que piensas."

¡¡¡Maldita acosadora!!!

“Te puedo escuchar."

Uh, lo siento.

"No hay problema, pero déjame decirte algo de antemano: no pienso responder nada de lo que me preguntes."

Sigo sin entender lo que esta mujer está diciendo. En serio, no le entiendo una mierda. Dice que no me va a responder nada de lo que le pregunte, pero ¿qué se supone que le pregunte si ni siquiera sé quién carajos es? ¿Acaso me está tomando el pelo?

"¡Oye, ya te dije que puedo saber lo que piensas!"

Esta mujer me hace sentir desnuda cuando sabe lo que pienso.

"Al caso, déjame explicarte un poco. Me presento, soy uno de los tantos dioses que existen. No voy a darte más información que esta. Si quieres más respuestas a tus preguntas, sube de nivel. Actualmente te encuentras en un Gulag o algo por el estilo. No puede salir ni entrar nadie a esta habitación. Además, quién sabe, quizás te encuentres con algo interesante las próximas veces que vuelvas."

[Murci'] "¡Espera! ¿Voy a volver?", grita

"¡Claro que sí!”, responde la diosa.

En serio, es mucha información que procesar. Estoy hablando con un dios, el cual, según yo, es el que me llevó a ese mundo de fantasía. Bueno, eso tiene poca importancia ya que no hay nada 100% confirmado.

Sé que no tiene nada que ver, pero el estómago no deja de gruñirme y siento que me voy a morir de hambre. No solo eso, mi garganta está completamente seca.

“Bueno, fue un placer poder hablar con una linda Murci'. Bien, dicho esto, déjame darte la bienvenida. ¡Bienvenida al Gulag y espero que te diviertas en tu nuevo mundo! Se que fue un encuentro corto, pero es hora de decir adiós. Si quieres saber más sobre qué eres y dónde apareciste, sube de nivel y vuelve aquí."

Se ríe como algunas perras que conozco.

“Creo haberte dicho que sé lo que piensas."

Está bien, está bien, ya deja de leer mi mente.

¡Espera!

[Murci'] "Ahora que lo pienso, puede que hayas sido tú la que me reencarnó en una murciélago y en una cueva que casi hace que me muera más de una vez.”

“¡Maldita perra! Estoy segura de que fuiste tú. ¡¡Responde!!"

No parece querer responder. Ni siquiera me dice algo. Será que le atiné.

[X] "No, no, no, así no se hacen las cosas, Murci'. Sube de nivel y responderé a tus dudas. Además, quién sabe, quizás fui yo la que te hizo todo o, en realidad, otra persona. El caso es que no voy a responderte."

¡¡¡Ahhh!!! Estoy harta de todo este misterio y de esa risita burlona y pícara. Vete a la mierda si no vas a responder nada.

"Tranquila, en algún momento te enterarás de todo. Me voy yendo, se me hace tarde. Sigue divirtiéndome como lo has estado haciendo, me gusta verte sobrevivir."

¡De vuelta esa maldita risa! Siento que me toma el pelo a propósito. Me siento cansada.

Uh… me estoy sintiendo mareada. No puedo dejar de balancearme. Escucho varios gritos de Eliz. Son gritos fuertes y que me aturden. Todo se vuelve cada vez más borroso.

Me caí. Estoy en el suelo. No puedo levantarme. Mis ojos no pueden dejar de cerrarse.

“¿Qué sucede”, Digo con una voz un poco somnolienta.

XXX

Erika:

Quién iba a pensar que esa maldita antisocial moriría.

Nunca la veía y jamás quería hablarle a mi hermana; me parecía una rarita. Stella siempre fue así. Es más, nunca hablaba con padre y madre; siempre se la pasaba en su cuarto encerrada jugando, y vaya a saber qué otras cosas hacía. Nunca les importamos y nunca me importó; después de todo, nunca me mostró afecto. Creo que me odiaba por haber acaparado toda la atención de padre y madre. Aunque siempre que volvía del colegio toda lastimada y golpeada, padre y madre estaban muy preocupados y le preguntaban para saber lo que le sucedía, pero ella decía cosas como "No te metas" y "¿Qué te importa?". Desde que empezó a venir en ese estado de la escuela, madre y padre se empezaron a preocupar mucho por Stella, pero siempre buscaba ser ajena a nosotros. Por esos motivos nunca me importó. Nunca la quise. De solo verla comportarse de esa manera me daba rabia. Llegué a odiarla por no tratarme como su hermana y por a veces hacer sufrir a padre y madre. Sin embargo, estoy viendo algo raro y que parece un milagro. No sé por qué puedo verla. Ella está saludando desde una de las ventanas de la segunda planta.

-CONTINUARA-


 

 

Desperté en... ¡Oye!, ¿soy un murciélago?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora