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Ella bailaba de forma delicada pero sumamente intensa a la vista.
Le habían dado un solo, un solo que en realidad era un dúo, pero su pareja era propia únicamente de la imaginación.
El baile contaba una historia hermosa y trágica, una enamorada, que había perdido al amor de su vida, y soñaba con bailar con su pareja, que ya no estaba, la canción era emotiva, era una balada de rock en inglés, no mucho su estilo, y considerando que el baile era contemporáneo, le daba una mezcla extraña, era definitivamente algo nuevo y que destacaría.
En secreto, a Rocio le parecía una broma de mal gusto.
En el último verso de la canción, la protagonista del solo aceptaba que su amor ya no estaba, y dejaba una caricia en la nada para después abrazarse a si misma; una teatralidad que a Rocio no le salía nunca y su profesor de baile decía que se quedaba como una tonta con expresión de drogada.
Ya estaba cansada de practicar la misma coreografía una y otra vez, y eso se notaba en su baile también.
Su profesor claro que se dio cuenta de eso, y luego de dedicarle unas palabras bruscas, de que debería poner un poco mas de empeño, porque tenía talento y una gran oportunidad de hacerce notar entre las bailarinas de la muestra, que no todos lograban conseguir un solo y que debería valorarlo; le dijo que mejor estire bien, que vaya a descansar, comiera algo y a dormir.
Rocio respondió con un asentimiento y le hizo caso.
Fue un rato después, donde había recuperado algo el aliento, que escucho suaves pasos acercarse y alzó la vista hacia Samantha, quien le extendió una botella de agua.
-Lo estas haciendo muy bien, Chio.
Le menor nego.
-No, en verdad no...
-No fue tu mejor día quizás.
-Últimamente... No tengo buenos días.
Samantha no respondió. Se sentó frente a ella, mirándola estirar sus piernas sin decir mucho.
-En verdad bailas muy hermoso- murmuró, luego de un largo rato en silencio, ganándose una mirada curiosa por parte de la otra. -Y parece que siempre bailas mejor que el dia anterior, pero todo es igual de magnífico.
Rocio sonrió complacida.
-Sam, ¿Te has puesto sentimental?
-Solo te estoy diciendonli buena que eres en lo que amas, por si se te olvida... Eres genial Rocio.
Ella se detuvo un momento, mirando a los ojos de su ex novia, volviendo a sentir lo mismo que siempre, sonrió y sus mejillas se encendieron.
-Si, definitivamente estas sentimental- dijo, se levantó luego de tomar la mitad de la botella en pocos segundos, antes de marchar a la salida de la sala de ensayo.
Samantha no la siguió, se quedó allí sola, pensando que había quedado como la idiota enamorada que era, que aún era.
Y estaba casi segura que su amor por Rocio era lo única que la mantenía allí.
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