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Un día, Rocio recibió una nota anónima, escondida en el bolso que llevaba a clases de baile.
"No soy de hacer esto, no te lo tomes mal. Quería decirte que bailas hermoso
Lastima que sea un solo triste, seria más hermoso si se te viera sonreír.
También es hermosa
Te admiro muchísimo. "
Sus mejillas se tiñeron de un rojo y sus ojos se abrieron ampliamente, lo primero que se preguntó fue quien era aquel misterioso o misteriosa.
-Iván Buhajeruk- dijo Samantha, apareciendo a su lado de la nada y haciendo que pegara un salto- Alto, delgado, siempre usa gorro- relamio sus labios- yo que tu le hago caso.
Rocio tenía el rostro muy caliente ahora, había visto a ese chico que siempre llevaba su cabello escondido tras un gorro negro, tenía un cuerpo que envidiaría cualquiera y una sonrisa encantadora, iba en el turno anterior a su clase y solo habían cruzado un saludo amable mientras el se marchaba y Rocio entraba al estudio
-Sam... Ya te dije que no quiero salir con alguien nuevo. Soy un asco para el amor.
La mayor negó
-Rocio, eres un asco con las mujeres. Te pones muy nerviosa, pero con los chicos siempre fuiste más abierta- comentó, sin un grado de sutileza.
-Soy un asco para el amor en general- corrigió.
-A ver, Chio, te gustan los hombres también, ¿No? ¿Qur problema hay? Ve e inténtalo.
Torres suspiro con cansancio y rodó los ojos.
-No me importa si es hombre o mujer, la única persona que amé en mi vida es y serás tu- susurró, mirándola, los ojos de Rivera se abrieron un poco más y un ligero rubor apareció en sus mejillas- Temo que cualquier otra persona me haga acordar de ti, Samantha- camino en forma silenciosa hacia ella, la pálida no se apartó, la miro sin hacer nada- . Porque no hay ni habrá nadie después de ti, porque aún te amo y a pesar de todo no quieres volver conmigo y nunca volverás, pero, por algo sigues aquí. ¿No?
-Rocio, no-
-Me amas también- afirmó.
Samantha río con algo de vergüenza.
-Claro que te amo, Chio. ¿Quien no te amaria?
-Ya sabes en que forma me amas, Samantha- recalco para que no le restará importancia- sabes que me amas como yo.
La rubia se mantuvo sin palabras, Rocio se inclino hacia ella para unir sus labios en un beso suave, la mayor cerró sus ojos y disfruto del contacto, no hubo mucho movimiento ni muchos gestos por parte de ninguna, fue solo una unión de varios segundos, sin nada más.
Rocio lo empezó y lo termino, se separo para mirarla con cierta pena.
-La próxima clase, vendré antes para ver a ese tal Iván Buhajeruk.
Y eso fue lo que más le dolió a Samantha, a ambas en realidad, pero fue uno de los momentos claves que la hacían sentir que en verdad, no tenia que estar allí.
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