¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Sam, ¿Recuerdas cuando nos conocimos?
Samantha asintió con una sonrisa, iban caminando una al lado de la otra, Rocio miraba con detalle las flores que llevaba en la mano, era un ramo muy bonito de diversas flores negras.
-En clase de baile, si- respondió sin más, le gustaba cuando Rocio contaba la historia.
-¿Por qué meterían a una novata a una clase de baile de gente profesional?- Samantha río por la burla.
-Disculpa, me estafaron, me dijeron que iba a estar en una compañía como productora y lo siguiente que sabia era que estaba tomando clases de canto y baile.
Rocio asintió con una risa leve.
-Recuerdo que quisiste parecer la chica egoísta y mala que odiaba a todos, pero no eres así, y de inmediato se noto que eras diferente, que eras más que solo una fachada. Siempre que terminaba una clase, alguien estaba agotado, le dejabas tu botella de agua, te tomabas unos minutos para ver si estaban bien y eso agradecía muchísimo -sonrió- Y siempre terminabas ayudándome a mi.
-Porque estabas como una estúpida con tus dietas de inanición, y siempre te desmayabas.
Ella asintió, poco orgullosa de aquella época, en donde solo se sentía mal con su cuerpo, consigo misma, con su baile, con todo lo que hacia.
Fue Samantha quien la había sacado de eso, y había sido muy difícil para la rubia, tanto que terminó de ir a clases de baile porque se encargaba de la menor a tiempo completo y no podía bailar y cuidarla a la vez.
La había llevado a comer, todos los días a lugares distintos, todos los días un plato distinto, para mostrarle a la chica lo que se perdía, le recordaba todos los días que era hermosa y que sin importar la forma que sea, seria hermosa siempre, aunque Rocio le creyó un poco, hasta que un día Rivera había dicho que besaría cada parte de ella que fuera hermosa, y seguido a eso había besado todo su cuerpo.
No fue esa su primera vez, para nada, era más una caricia íntima, exitante y enormemente romántica a mismo nivel.
-Extraño que me beses así- confesó
-Admito que me encantaría hacerlo- dejo la más baja.
-Siempre fuiste tan delicada conmigo, Samantha, de forma que solo tu sabias ser, y tu fuiste mi primera vez en muchas cosas, mi primer gran amor, mi primera vez, mi primer mujer... Fuiste la primera que ame y que me amo de regreso con la misma intensidad, la primera que me correspondió completamente, y vio a través de todos mis errores y me dio cosas maravillosas.
-No son errores, Chio, son cosas, no hay que ponerle a todo algo negativo.
-Y también amo esa actitud que tienes- Rocio asintió, con una sonrisa amplia, mirando a las piedras que marcaban el camino que estaban siguiendo, brotes de césped y algunas flores que habían logrado pasar entre las grietas y crecían entre ellas- Aunque te vesas ruda, siempre tienes esa capacidad de hacer que todo sea positivo. Sin duda, nunca me voy a encontrar a alguien como tú, Sam, eres algo que pasa una sola vez en la vida- sus ojos se unieron, una sonrisa apareció en sus rostros, en la luz del atardecer, se sintieron más cálidas- Y me alegro mucho tenerte en mi vida, y que hayas hecho tanto por mi- pequeñas lágrimas se asomaban por sus ojitos.
Samantha rodó los ojos y fua a sostener su mano, sus paso se detuvieron cuando llegaron a su destino, pero Torres poco quería ver eso en realidad, así que sus ojitos y su borrosa vista por las lágrimas se quedaron en la rubia.
-Te amo, Rocio. Y lo hare por siempre.
Esta asintió, sorbio su nariz mientras lágrimas rodaban por sus mejillas.
-Te amo mucho, Samantha. Feliz aniversario.
Rocio bajo la vista hacia la placa grabada sobre la tumba, dejo el ramo de flores junto aquel grabado.
<<Samantha Rivera>>
<<20 de agosto, 1998 - 20 de abril, 2019>>
<<Siempre serás la mejor del mundo, incluso másallá del final de tus días>>
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
