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-¡Rocio!
La castaña se volteó hacia el más alto que se acercó a ella a paso apresurado, Ivan dejó un beso en su mejilla como saludo, haciendo que se ruborizara.
-Hola- mormuro encantada. Se sonrieron.
-Mañana hay una muestra de arte, tenía dos entradas, tienen desde pinturas hasta show de danza ¿Quieres acompañarme?
Rocio río con algo de nervios, y con vergüenza, mormuro:
-Lo siento, iría pero... Tengo una cita con alguien más.
Samantha en parte sonrió con orgullo al ver la expresión emocionada de Ivan desaparecer.
-Oh, bueno- acomodo su gorro con algo de incomodidad.
-N-No es lo que piensas- negó moviendo sus manos frente a el- Voy a... Ver a alguien, al cementerio.
-Oh, Rocio, no necesito explicaciones- dijo Ivan, aunque se notaba más aliviado después de escuchar eso y volvió a sonreír- Lo siento mucho.
-No, esta bien.
-Bueno, lo dejamos para otro día, ¿si? Nos vemos, cuídate- beso su mejilla otra vez para despedirse, antes de salir del estudio con una encantadora sonrisa en sus labios.
Fue al vestuario y lo primero que le dijo a Samantha fue un "no se si me gusta" .
-¿Como que no sabes si te gusta?- preguntó la rubia- ¡Rocio! Tiene cara linda, le gusta la danza, sonríe bonito, y tiene un abdomen donde podrías lavar la ropa. ¿Como que no te gusta? ¿Sabes lo que ahorrarías en la lavandería?
Rocio río por lo del abdomen.
-Te recuerdo, Sam, que mi tipo son las flacuchas, firas, que piensan mucho, critican a la sociedad, le gustan mucho los perros y me cuidan mucho.
-No conozco a nadie así- negó.
-Claro, yo tampoco.
Práctico su baile una vez más, su entrenador le dijo lo mismo de siempre, pero que hoy había mejorado un poco más, así que la dejo ir temprano.
Tomo su celular y vio varios mensajes de un número que no le hablaba desde hacía unas cuantas semanas.
-Abril dice que ha mejorado lo suficiente para dejarle usar el celular más de una hora al día- le comentó a Samantha y esta se encogió de hombros, en verdad, no le gustaba mucho hablar de ella desde lo que había pasado- Aun le queda mucho tiempo en el loquero para que pueda salir- comentó, con algo de alivio.
-Chio, no le digas así, queda muy despectivo, ella no tiene la culpa de estar mal- hablo la rubia, su ceño estaba ligeramente fruncido.
Torres la miró un segundo hasta que suspiró, asintiendo.
-Tiene la culpa de otras cosas- Dijo por lo bajo.
-Tampoco, ella no lo hizo a propósito -corrigio- La depresión hace que hagas esas cosas, y que hables tan feo no la ayuda- Rocio parpadeó rápido para despejar su vista, Samantha acarició su cabello- Ella no tiene la culpa de lo que me pasó, ¿esta bien? Fue un accidente, necesita apoyo con lo que tiene, no le tengas rencor, no va a cambiar nada- continuó hablando con tranquilidad, aunque Rocio no reaccionó- ¿Que tal si hago tu comida favorita?- preguntó mirando a su ex novia, quien negó.
-Hace meses no como eso.
-Lo sé, por eso te lo estoy ofreciendo.
Torres lo pensó un momento.
-¿Puedes hacerlo?- cuestionó, a lo que Samantha hizo una mueca de "puedo intentarlo"- Bueno, me gustaría...
Rivera asintió y sonrió, hacia mucho tiempo que no cocinaba tampoco.
La comida favorita de Rocio eran unos pasteles de vainilla en donde Samantha básicamente metía todo lo dulce que estaba en la heladera, le agregaba una que otra cosa más, y resultaba en una especie de mutante de arcoiris, al que la menor le gustaba comer mientras escuchaba alguna alegre canción de Twice, su grupo favorito.
Al final del día, Rocio estaba con una verdadera sonrisa y un rubor en sus mejillas, totalmente encantada y sintiéndose mimada.
-Gracias.
-No me agradezcas, tonta- hizo un gesto con su mano para qur no molestara.
-Eres muy linda conmigo, siempre lo fuiste.
- ¿Sentimentalismo? Nada de sentimentalismo. Torres.
-Samantha.
-Torres.
-Te amo.
Samantha sonrió minimamente, sus mejillas se ruborizaron.
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