Allen Walker

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Las noches en Canadá siempre eran frías, las calles continuamente estaban cubiertas por capas y capas de nieve que se acumulaban mientras todos dormían, a veces, cuando el clima descendía de aquella forma y no podías dejar de temblar incluso dentro de tu propia casa, podrías optar por saca de tu armario más cobijas, prepararte alguna bebida caliente y acurrucarte cerca de una cálida chimenea.

Allen Walker ya se había acostumbrado a vivir en aquel helado clima, más de tres años en aquel lugar le había dado cierta inmunidad al frío o simplemente era que ya se había acostumbrado, sin embargo, por primera vez en tres años Allen sintió un frío tan intenso que lo hizo temblar. Durante su viaje camino a casa, una ligera lluvia nevada le empapó la ropa enfriando su cuerpo y el golpe del viento sus mejillas, aquello había sido el complemento que el mundo le regaló para finalizar el mal día que tuvo.

A solo unas cuadras de su casa, Allen sacó su teléfono y revisó los últimos mensajes que enviaron sus alumnos a su grupo de chat, los pequeños niños subían diversos videos de ellos mostrando sus avances y de vez en cuando compartían stickers graciosos. Aunque esas acciones siempre lograban alegrar al joven, en ese día en particular solo le permitió sonreír un poco. La nostalgia lo había golpeado de repente y sin estar preparado se dejó sucumbir por sus remordimientos. De vez en cuando, Allen recordaba a la familia que había dejado de ver por más de 6 años, pero sobre todo recordaba el último día que los vio, un sentimiento de miseria se instaló en su pecho y fue difícil sobrellevarlo durante todo el día.

Su mirada se fruncía intentando detener las lágrimas que bajaban por sus grises ojos, sus labios se apretaban tratando de calmar lo sollozos que con tanto esmero intentaba evitar, con amargura arrugó su abrigo buscando contener la ira y la frustración que provocaba tanto dolor en su pecho. Allen deseaba volver a verlos y hablarles, pero sus pensamientos nunca se transformaban en acciones.

Su caminar tranquilo lo llevó sin darse cuenta al frente de su pórtico cubierto de nieve, sin importarle enfriarse aún más se dejó caer en la nieve rememorando los acontecimientos que lo habían llevado a estar en ese lugar. El inicio de todo el desastre en su vida fue una simple persona, un hombre atractivo y encantador, su nombre era Tikky Mikk, de piel morena y con una encantadora sonrisa que le hizo suspirar cada día.

En sus años de instituto Allen siempre lo había visto con un libro a la mano y con un aire solitario sentado en las jardineras del instituto, mentiría si dijera que aquel muchacho no se había convertido en su fantasía adolescente. Sus interacciones al inicio fueron escasas, Allen solo se limitaba a verle de lejos, lo que a su vez alimentaba el interés de Tikky en él. Conforme avanzaban los días sus miradas se cruzaban y en su camino al salón de clases siempre se topaba, parecía que el destino siempre lo hacía encontrarse y aún con todo aquello Allen jamás tuvo el valor de hablarle.

Fue hasta una tarde de otoño cuando Tikky se acercó. Allen había ido a la biblioteca para terminar uno de sus proyectos de ciencias, algo que no deseaba realizar, pero tenía que cumplir si quería aprobar, buscando entre las estanterías se topó el libro que buscaba, estando lo más lejos de su alcance, fue una mano extendida con aquel libro lo que llamó su atención y la agradable plática su completo interés.

Descubrió que tenían muchas cosas en común y ambos se entendían profundamente, fue inevitable para Allen no sentir latir su corazón cada vez que entrelazaron sus dedos en un firme agarre, fue imposible para Allen no enamorarse cuando sus labios llegaban a encontrarse, fue imposible para Allen no caer ante el cada vez que le susurraba un te amo.

Ambos se amaban y compartían el mismo deseo de compartir una vida juntos, gradualmente Allen fue descuidando sus estudios, faltaba a clases y les mentía a su padre y tío consciente de que ellos no entenderían sus motivos, se dejó llevar por aquel amor tan profundo y pasional que había olvidado al resto del mundo. Los profesores preocupados, no tuvieron más opción que llamar a su padre. La charla fue dura, su familia estaba furiosa por las mentiras y la falta de responsabilidad del albino, ellos no aceptaban al moreno sabían que no era la persona que decía ser y que tarde o temprano Allen se arrepentiría de estar con él, pensaban que la situación de aquel momento les daba la razón y no necesitaban más motivos para llegar a la conclusión de que, Tkky Mikk era una mala influencia para Allen.

Destino DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora