𝒀𝑬𝑺, 𝑨𝑵𝑫 ?; 𝐌𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐜𝐚𝐥𝐭

𝟬𝟰

Capítulo 4
"Amor extraño"

Al llegar al bar, me encontré con Juani y su amigo Santi, ambos con una sonrisa de oreja a oreja. Nos saludamos con efusividad y entramos juntos al local. Juani lucía un atuendo casual pero elegante: llevaba unos jeans ajustados, una camisa blanca bien planchada y una chaqueta de cuero negro que resaltaba a juego con su chocker.

Santi, por otro lado, destacaba por su estilo bohemio y relajado. Vestía unos pantalones de lino azul marino, una camiseta negra y una campera de jean verde pino. Sus cabellos rubios estaban ligeramente despeinados, y sus ojos azules brillaban con alegría mientras conversaba con Juani. Todos estaban demasiado elegantes.

Mientras caminaba hacia la barra, saqué mi celular para revisar si Matías me había respondido algo más. Me sentía un poco obsesionada, lo admito, pero no podía evitarlo. Sin embargo, cuando alcé la vista, lo vi a él con dos amigos más, llegando justo a la barra. "¿Por qué siempre tenía que ponerse ahí?" pensé.

Matías estaba acompañado por Agustín Pardella y Enzo. Al hacer contacto visual con este último, sentí un cosquilleo inmediato en el estómago. Era mucho más atractivo en persona de lo que esperaba, y su mirada penetrante me recorrió de arriba a abajo, deteniéndose en pequeños detalles; lo que me hizo ponerme aún más nerviosa. Disimulando, me acerqué a saludarlos con una sonrisa, tratando de mantener la compostura.

Cuando me acerqué a Matías, él me sorprendió con un beso demasiado cerca de la comisura, tomándome de mi cintura firmemente con su mano. Aunque pasó desapercibido para el resto, sentí un estremecimiento por su contacto, sin entender de pronto a qué debía su actitud. No comprendía si yo era demasiado sensible o los hombres hoy tenían un aura hormonal fuera de lo normal.

Agustín resultó ser muy simpático. Se puso a charlar conmigo y me preguntó desde cuándo conocía a Juani, por lo que la conversación fluyó rápidamente. Enzo, por su parte, estaba bastante serio y casi no hablaba, incluso ni siquiera me respondió cuando lo saludé.

En ese momento, no pude evitar notar cómo Matías me observaba de reojo. Lo que duró poco, porque al rato se alejó y me quedé con los chicos bebiendo. Me ofrecieron un trago que lucía como un gin tonic de frutos rojos, y mientras brindamos y disfrutamos de la música, me di cuenta que Matías había desaparecido por completo del lugar.

Perdí la noción del tiempo y mientras la noche avanzaba más personas del elenco se unían a la ronda. Al ritmo que iban, yo seguí agarrando y probando cada trago que me ofrecían, tomando al menos tres copas más, hasta que noté nuevamente la presencia de Matías en el lugar. Guardó su teléfono con una expresión seria en el rostro y se acercó al grupo.

—"¿Vamos? Los chicos me dijeron que ya nos están esperando" —propuso mientras bebía un último trago de cerveza. Todos estábamos bastante entonados, así que aceptamos de inmediato.

Eran alrededor de la 1:30 de la madrugada, pero mi estado de ebriedad bloqueó cualquier preocupación al respecto. Nos habíamos dividido en tres grupos y pedimos un Uber hacía el lugar, que quedaba a unos 15 minutos de distancia.

Una vez en la fiesta, algunos de los chicos decidieron ir a fumarse "uno" por ahí, mientras que otros se saludaban con conocidos o se iban a la barra para pedir un trago. En ese momento, me quedé con Matías, Valentín y Agustín, que charlaban entre sí.

—"Che, ¿no te conozco de algún lado? Creo que se me hace conocida tu voz" —me preguntó Agustín de la nada.

—"Trabajo en Antes que nadie. Seguro que lo conoces" —respondí con una sonrisa y automáticamente nos pusimos a hablar sobre mi laburo. Valentín se unió a nosotros y comentó que él también había escuchado mi programa, pero no recordaba haberme visto en persona.