QUERÍA UNA HERMANA Y ME TRAJERON UN NOVIO

ZMLM 19.

"Apuesto gege".

Los dos se miraron con los ojos muy abiertos, atónitos, la pared estaba justo detrás de Fu Kun, y éste no tenía espacio hacia el que retroceder, Fu Yijie estaba prácticamente haciendo bizcos por la cercanía, pero tampoco retrocedió y se limitó a mirarle así.

—¿Por qué me lamiste? —Fu Kun se limpió la boca, apartándolo—, estás haciendo bizcos, ¿en qué estás pensando?

Fu Yijie seguía sin responder, unos minutos después, saltó bruscamente de la cama al suelo como si hubiera recibido un susto, sin siquiera ponerse los zapatos, salió corriendo de la habitación.

Para cuando Fu Kun se puso los calzoncillos y los zapatos y salió corriendo, Fu Yijie ya no estaba en el apartamento, solo su padre y su madre estaban en la sala de estar, viendo la televisión.

—¿Qué le ha pasado a tu hermano? ¿Tiene diarrea? —Su padre lo miró—, hey, mi hijo está en muy buena forma.

Fu Kun imitó inmediatamente la pose de un fisicoculturista: —Sr. Fu Jianguo, realmente tiene buen ojo.

Diu-diu estaba acostado en el sofá, resoplando por las fosas nasales mientras le miraba.

—¿Pareces un ciervo sika pero sigues admirándote? Hasta nuestro perro suspira—, su madre puso los ojos en blanco—, ¿dónde ha ido Yijie? ¡Estaba tan frenético que ni siquiera se puso los zapatos!

—No lo sé. —Esto le recordó a Fu Kun que no había salido corriendo para convertirse en fisicoculturista, y se apresuró a abrir la puerta para continuar persiguiéndolo.

Fu Kun ni siquiera necesitaba buscar para saber a dónde iría Fu Yijie, este chico no hablaba mucho, si estaba enfadado, no discutía con él ni hacia un escándalo, sino que se escondía en silencio en el destartalado almacén que había detrás del edificio, el mismo en el que había vivido Diu-diu durante un mes.

Debido a esta costumbre suya, su padre incluso se desvivió por ordenar aquel almacén y colocar un pequeño taburete en su interior.

A pasos ligeros y silenciosos, Fu Kun entró en el almacén, no podía ver con claridad en la noche y estuvo a punto de tropezar.

Apoyándose en el marco de la puerta, estiró el brazo hacia dentro y tocó por casualidad el suave cabello de Fu Yijie: —Oye, sabía que estarías aquí.

Fu Yijie no respondió.

Fu Kun entró, se puso en cuclillas a su lado y tiró de él para abrazarlo: —¿Qué pasa?

—Ge. —Fu Yijie le llamó en voz baja.

—Estoy aquí.

Fu Yijie giró la cabeza, en la oscuridad, sus ojos brillaban con pequeños destellos: —¿Te lamí hace un momento?

—Ah, lo hiciste—, Fu Kun se sorprendió—, ¿no lo sabías?

—¿Fue asqueroso? —Fu Yijie preguntó.

—... Sigue estando bien—, Fu Kun pensó antes de añadir—, aunque he dicho que fuera asqueroso.

—¿En serio?

—¿Qué hay que confirmar o negar? ¿Estás siendo así solo por esto?

—¿No dijiste antes que dos hombres besándose en los labios es repugnante? —La voz de Fu Yijie había sido muy suave y tranquila todo el tiempo, no parecía estar de buen humor.